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Comprendiendo la vida y la muerte

Del número de noviembre de 1980 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Mucha gente se siente fascinada con la muerte. Sin embargo, debiera, en vez, desarrollar un aprecio por la vida. La razón por la cual la gente experimenta tal fascinación es porque cree que comprende la vida pero sabe que no entiende la muerte. El hecho es que la mayoría de las personas todavía no comprenden la vida. Y hasta que la vida sea comprendida, la muerte continuará siendo un enigma.

A medida que empezamos a descubrir la naturaleza de Dios, vemos lo que es realmente la vida. Dios es la Vida misma. Y la Vida mantiene la inteligente continuidad de la perfección. El hombre es el representante de la Vida. El hombre no empieza con el nacimiento. Tampoco termina en la muerte. Es la expresión permanente, la idea espiritual de la Vida divina.

Pablo escribe: “El ocuparse del Espíritu es vida y paz”. Estamos vivos sólo en la medida en que nos ocupamos de lo espiritual. En el grado en que nos ocupamos de las cosas del mundo o de la carne, estamos probando la muerte. Como dice la declaración completa de Pablo: “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”. Rom. 8:6;

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