Cuando alguien empieza a entender la Ciencia Cristiana, pareciera como si se operara una gran transformación en su vida. Tal vez una curación lo ha convencido de que la materia no es tan sustancial como creía que era; que Dios, el Espíritu, lo es Todo; y que el término “hombre” no significa una multitud de personalidades materiales.
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