Cuando hacemos compras, tratamos de elegir lo mejor. Seleccionamos frutas y verduras de buena calidad. Examinamos una prenda de ropa cuidadosamente. Consideramos las ventajas y las desventajas de comprar una silla, un automóvil, o una casa. Dentro de lo que podemos pagar queremos lo mejor.
¿Acaso no es lo mismo respecto al cuidado de la salud? Cuando nos enfrenta alguna enfermedad, queremos una cura efectiva — una que no sólo alivie los síntomas, sino que también elimine la causa. ¿Qué clase de terapéutica debemos elegir?
Cristo Jesús introdujo un sistema científico de curación basado en la oración de percepción espiritual y en la completa confianza en el Espíritu divino. Él enseñó a otros cómo usarlo, y la curación del pecado y de la discordia pronto llegó a ser la característica del cristianismo primitivo. Quienes eligieron este método se beneficiaron en todo sentido, — física, mental, moral y espiritualmente.
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