No hay
ni consciencia negra
ni blanca
sólo la omnisciencia de Dios.
No hay
divisiones
ni separación
sólo la unidad del hombre
reflejando
individualmente
la compleción de Dios.
No hay
discriminación
ni intimidación
sólo la justicia
la integridad
del único poder
— Dios.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!