Espionaje. Espías y contraespías. Actividades clandestinas y secretas. Todo esto lo hemos tenido por mucho tiempo.
Dicha actividad difícilmente sería considerada divinamente inspirada en el mundo de hoy en día. A menudo es considerada como una lamentable, pero inevitable necesidad. Mientras que las posibilidades latentes del abuso han salido a la superficie en años recientes, es obvio que el obtener información secreta va a continuar — al menos por ahora.
¿Puede verse todo este variado sistema de la obtención de información bajo una perspectiva espiritual?
Cuando los hijos de Israel estaban cerca de la Tierra Prometida en Canaán, Moisés envió espías por delante (ver Números 13–14). Su misión era examinar la tierra y determinar si el pueblo era fuerte o débil. Después de cuarenta días, los hombres pensaron que habían obtenido la suficiente información. Sin embargo, no estaban de acuerdo en sus opiniones. A la mayoría le parecía que era imprudente avanzar contra Canaán. A pesar de la evidencia opuesta, Caleb y Josué quisieron avanzar.
Moisés y su pueblo fueron enfrentados con un antiguo problema respecto a información secreta: el de evaluar la información con exactitud. Moisés era un hombre que naturalmente recurría a Dios. Él se sintió divinamente guiado a buscar esta información. Si bien él ahora percibía intuitivamente la respuesta, la gente misma no empleaba el suficiente discernimiento espiritual para ver la solución correcta. Su falta de percepción espiritual les costó cuarenta años en el desierto.
Un ejemplo notable de poner en práctica el discernimiento espiritual ocurrió varios cientos de años más tarde. Los ataques planeados por Siria contra Israel fueron frustrados. El rey de Siria sospechaba que uno de sus hombres tenía que haber entregado información a Israel. La verdad es que Eliseo, a través de su entendimiento espiritual, percibió los planes sirios y proveyó al rey de Israel la información necesaria para evitar los ataques (ver 2 Reyes 6).
Los seguidores de Moisés no alcanzaron a ver más allá de la acumulación y análisis de la información. Moisés no tuvo mucho apoyo en ejercer la inteligencia divina. El entendimiento y acciones de Eliseo mostraron las excepcionales posibilidades de recurrir a Dios como Mente — la única inteligencia suprema. La agresión cesó. ¿Hay en esto alguna lección que aprender y aplicar a los métodos y motivos actuales?
El entendimiento espiritual amplía la capacidad de percepción y discernimiento. El que entiende la naturaleza de Dios como Mente divina, puede apoyar el empleo de discernimiento espiritual — el depender de la inteligencia divina — por aquellos encargados de reunir y evaluar información.
La Ciencia Cristiana enseña que Dios es Mente — la única divina y eterna fuente de inteligencia. La inteligencia divina no es la acumulación de información humana. Es el conocimiento siempre presente e infinito de la Mente. En realidad, todo es Espíritu, Mente, y sus ideas. El hombre es espiritual. Él es la expresión de la Mente — el reflejo de la inteligencia divina. En la medida en que el Cristo nos revela estas verdades, la capacidad humana se amplía.
Comenzamos a comprender que los hechos que tienen un propósito útil, pueden ser reconocidos de manera confiable — más aún, con exactitud. Comprender que la Mente es omnisapiente y que el hombre refleja su naturaleza, libera al pensamiento humano de sus limitaciones. Finalmente nos eleva, sacándonos completamente de las creencias de mortalidad. Pero durante ese proceso de crecimiento espiritual, notamos que la perspicacia e intuición aumentan y la incertidumbre y el juicio errado disminuyen. Eliseo sin lugar a dudas probó los efectos prácticos de estas verdades.
Todos podemos estar más conscientes del hecho de que el hombre, el hijo de Dios, refleja la inteligencia divina. Podemos reconocer que la obtención de información sobre los acontecimientos humanos será más fidedigna y sin abusos a medida que la mente humana esté subordinada a la actividad de la Mente divina.
Al considerar el asunto del espionaje, a algunos les parecerá desconcertante hablar sobre espiritualidad y sobre un mayor entendimiento de Dios como la única Mente. No obstante, un amor por Dios como Mente, aumentará la perceptibilidad espiritual y, en consecuencia, la habilidad de saber con exactitud lo que es de valor. Todavía más importante, servirá de protección contra el uso dañino de la mente humana — ya sea de un gobierno hacia sus propios ciudadanos o de un gobierno hacia otro.
La investigación en ciertas áreas de la parapsicología ha aumentado la posibilidad de manipulación mental errónea. De acuerdo a un relato periodístico: “Un científico francés y ex agente de información. .. [observa] que la percepción extrasensorial, una de las teorías estudiadas por la parapsicología, puede ser usada en espionaje, control de pensamiento, vigilancia y como una especie de arma”.The New York Times, 19 de junio de 1977;
La Ciencia Cristiana trata muy específicamente con esta clase de abuso de la mente humana. Revela que, al comprender al hombre como un reflejo de la Mente divina, se eleva el pensamiento por encima del concepto erróneo de que el hombre es mortal con una mente personal, capaz de hacer el mal. La Sra. Eddy indica el contraste entre leer la Mente inmortal y leer la mente mortal, mostrando cómo, mediante la Mente divina, podemos adecuadamente prever hechos que conciernen a nuestro bienestar. Luego, hace una importante diferencia: “Esta lectura de la Mente es lo opuesto de la clarividencia. Es la iluminación del entendimiento espiritual, que demuestra la capacidad del Alma, no del sentido material. Este sentido del Alma viene a la mente humana cuando ésta cede a la Mente divina.
“Tales intuiciones revelan todo lo que constituye y perpetúa la armonía, capacitándole a uno para hacer el bien, pero no el mal”.Ciencia y Salud, pág. 85.
Verdaderamente, Eliseo cedió a la Mente divina. Esto lo capacitó para hacer el bien. Nuestro consciente reconocimiento de que la Mente es Una — siempre revelando su bondad y perfección — puede llevar esas actividades humanas legítimas, actualmente contempladas como necesarias, hacia una base más confiable. El utilizar tal discernimiento, protegerá y fortalecerá el pensamiento y lo alejará del abuso humano, hacia la Mente, la única fuente de la inteligencia divina. El creciente empleo de percepción espiritual es inevitablemente una bendición para toda la humanidad.
