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[Original en español]

He recibido innumerables bendiciones durante los treinta años que...

Del número de febrero de 1980 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


He recibido innumerables bendiciones durante los treinta años que he estudiado esta maravillosa Ciencia.

Lo que más agradezco es la ayuda espiritual que recibí cuando mi hijo fue desahuciado por los médicos. En ese momento encontré la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens). Mi hijo y yo empezamos el estudio de la Biblia y de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. El pronóstico médico no se cumplió, y gracias a esta Ciencia mi hijo pudo vivir una vida útil y feliz.

Hemos tenido muchas curaciones. Una de ellas tuvo lugar cuando mi esposo y yo hicimos un viaje a Europa. En Grecia, cuando estábamos esperando a la guía que nos llevaría a visitar las ruinas, mi esposo bajó para recibirla. Al dirigirse a la puerta, creyó que estaba abierta, pues tenía cristales muy grandes y acababan de limpiarlos. Se pegó tan fuerte en la frente que cayó y se lastimó también la nuca.

Me acerqué a él, y le dije al oído que no tuviera temor, que iba a orar por él, y que puesto que no hay accidentes en el reino de Dios, no puede haber evidencia como resultado. Reconocí su verdadera identidad y le agradecí a Dios por las oportunidades que habíamos tenido de visitar varios países. También reconocí que dado que Él nos estaba protegiendo tanto en nuestro trayecto, esta mentira no iba a empañar nuestro reconocimiento del amor de Dios.

En pocos minutos mi esposo dio señales de alivio — bajó la inflamación, los dolores de cabeza se fueron calmando, y pudimos subir a las ruinas. Caminamos mucho, y al regresar, la guía, sorprendida, me preguntó qué era lo que yo había aplicado, ya que ella pensaba que mi esposo no iba a poder caminar. En pocas palabras le expliqué cómo opera la Ciencia Cristiana. Se interesó tanto que me pidió literatura. Le mandé un ejemplar de Ciencia y Salud desde Roma, y me escribió para agradecérmelo y decirme que lo estaba estudiando.

He sanado de tifoidea por medio de la Ciencia Cristiana en pocos días, como así también de otros males físicos. La falta de provisión ha sido reemplazada por la abundancia mediante la comprensión de la verdadera sustancia. Relaciones discordantes con familiares han sido resueltas armoniosamente.

La instrucción en clase Primaria, que recibí en español, fue un paso progresivo para mí que ha traído muchas bendiciones a mi vida y a mi hogar. Dios me ha colmado con Su gracia, proporcionándome siempre todo lo necesario para poder viajar gran distancia para asistir a las reuniones anuales de mi asociación.

Mi gratitud a Dios por nuestro gran Maestro, Cristo Jesús, y por nuestra abnegada y amorosa Guía, la Sra. Eddy, no tiene límites.


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