Tú
no estás solo.
Ama.
Incluye en la oración que elevas por ti,
a cada hermano dondequiera que esté.
Y cuando el perfecto círculo
de la totalidad de Dios
sea revelado,
verás que cuando ores por todos,
tu propia vida sanará.
Del número de febrero de 1980 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
Tú
no estás solo.
Ama.
Incluye en la oración que elevas por ti,
a cada hermano dondequiera que esté.
Y cuando el perfecto círculo
de la totalidad de Dios
sea revelado,
verás que cuando ores por todos,
tu propia vida sanará.