Para obtener una curación espiritual exitosa se necesita una estricta adherencia a sus reglas, explicadas por Mary Baker Eddy en sus obras. Ella describe como charlatanismo el apartarse de las reglas de la Ciencia Cristiana.
Necesitamos saber, por ejemplo, que una única fuerza — la voluntad de Dios — es la que, en realidad, actúa en el verdadero ser de quien, según el sentido mortal, parece estar enfermo. Para probar esto, es fundamental identificar correctamente al paciente — como la creación espiritual de Dios, el Principio divino, la cual ahora mismo es perfecta. Habiendo hecho esto, podemos enfrentar cualquier pretensión de que algún otro poder aparte del Principio único pueda gobernar al individuo. Esta supuesta fuerza puede tener la máscara de una creencia en una epidemia local, un diagnóstico médico de que un órgano está irremediablemente debilitado — o la renuencia de parte del paciente a aceptar sin reservas la presencia y la totalidad del Principio.
“El charlatanismo mental”, dice la Sra. Eddy, “descansa sobre las mismas proposiciones que cualquier otro charlatanismo. El postulado principal de estas proposiciones es la doctrina de que la Ciencia tiene dos principios asociados, el uno bueno y el otro malo, — uno espiritual y el otro material,— y que estos dos pueden obrar simultáneamente sobre el enfermo”.Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 458; Pero, en realidad, únicamente un factor está actuando — el espiritual.
La curación exitosa no depende de una rara habilidad humana o de técnicas mentales complicadas. Representa la operación natural del Cristo, la Verdad, revelando la perfección invariable y universal de Dios y Sus ideas. Entendiendo esto, no nos sentiremos demasiado ansiosos pensando que en el caso puede haber algunos aspectos importantes que de alguna manera están ocultos. Al entender que la acción del Cristo es la esencia del tratamiento vemos lo que es necesario tratar — y el Cristo, la Verdad, efectúa la curación.
Aunque necesitemos hablar con el paciente sobre el estado de su opinión en general — teniendo en mente ayudarlo específicamente a solucionar deficiencias morales o espirituales — la curación espiritual no es un ejercicio de la sicología mortal. Su método no es examinar a fondo y luego simplemente reajustar pensamientos mortales, sino demostrar que la Mente divina es la única Mente del hombre.
El sanador espiritual demuestra que la Verdad divina está siempre dispuesta a enfrentar cualquier pretensión de enfermedad, por muy agresiva que sea. Permanecer en la Verdad afirma nuestra fibra espiritual. Si permanecemos a medias con la Verdad y a medias con el problema, con toda seguridad que nos sentiremos débiles e incapaces de enfrentarlo. Por consiguiente, tenemos que hacer inmediatamente más trabajo mental. La Verdad siempre mantiene su omnipresencia. En nada podemos mantenernos sino en la Verdad. Habiendo aceptado esto, estaremos listos para tomar con éxito cualquier caso porque la Verdad siempre está lista.
La Sra. Eddy, que fue una estupenda sanadora espiritual, escribe: “No hay nada menos científicamente cristiano que pensar en ayudar al Principio divino de la curación o tratar de sostener el cuerpo humano hasta que la Mente divina esté lista para atender el caso. La divinidad está siempre lista. Semper paratus es el lema de la Verdad”.ibid.;
Debido a que la creencia de los mortales en la materia, la mortalidad y la enfermedad, aparentemente es fuerte y profundamente arraigada, la curación espiritual puede parecer a veces un gran desafío. Necesitamos el espíritu que encierra este pasaje de la Biblia: “¿Es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener”. 1 Reyes 8:27. El tratamiento es realmente auténtico y exitoso cuando está basado en la infinitud del Espíritu y su consecuencia inevitable — la nada de la materia. Ninguna condición o pretensión puede confinar o limitar el Espíritu.
El Espíritu mantiene su totalidad y la nada de la materia porque el Espíritu es el Amor divino. Todo dolor, tristeza, sufrimiento y odio provienen, de algún modo, de la creencia de que la materia es real. Si mentalmente aceptamos la más mínima realidad de estas condiciones, entonces en ese momento le hemos dado la espalda a la totalidad del Amor. El Amor divino es Amor porque nunca ha permitido que ni siquiera una porción infinitesimal de materia entre en el ser.
Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por la Sra. Eddy contiene todo lo que es fundamental para el sanador exitoso de la Ciencia Cristiana. No es de sorprender que, cuando los resultados del tratamiento mental no son inmediatos, es muy común volcarse a Ciencia y Salud. Y debido a que las verdades reveladas en este libro son universales, no es de extrañarse que la primera hoja que abramos contenga la declaración necesaria que trae la espiritualización que sana en un caso específico.
El tratamiento correctamente llevado a cabo no es cansador, abrumador o tedioso, sino reposado y espontáneo. Es exitoso porque revela, tanto al practicista como al paciente, la presencia constante del Amor divino y su hijo bien amado, el hombre verdadero.
La curación en la Ciencia Cristiana no es una finalidad. Es la consecuencia natural e inevitable de un creciente entendimiento espiritual y una vida más espiritual. Es una evidencia — y un refuerzo — de nuestro entendimiento del Todo-Amor. Es natural el deseo de tener salud, bienestar y no sufrimiento. Pero nuestro agradecimiento no debiera ser primordialmente por tener todo esto a través de la Ciencia Cristiana, sino por la base espiritual que obtenemos al aplicar con éxito las verdades fundamentales del ser ante las pretensiones de la enfermedad.
