Dios me eleva
suavemente
como si yo tuviera alas de mariposa,
y suavemente me lleva —
con amorosas manos —
directamente hacia la Verdad.
Del número de marzo de 1980 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
Dios me eleva
suavemente
como si yo tuviera alas de mariposa,
y suavemente me lleva —
con amorosas manos —
directamente hacia la Verdad.