La carencia de medios económicos no tiene por qué impedir ni amenazar nuestro progreso educativo. La Ciencia Cristiana muestra cómo aliviar la presión de condiciones económicas adversas y probar que no hay carencia en la promesa o habilidad de Dios para satisfacer nuestras necesidades.
“¡Tenemos que ser realistas!” puede usted protestar. “No podemos simplemente pasar por alto la devaluación de nuestra moneda o la inflación. ¡Ellas están haciendo estragos en nuestra vida!” Puede parecer así. Pero pensemos un momento. Se dice que las condiciones económicas de hoy en día restringen nuestro acceso a libros, alimentos, educación, transporte. Pero, ¿son estas condiciones las que realmente nos privan de oportunidades más amplias para recibir educación?
El obstáculo fundamental que impide el cumplimiento de nuestras metas de educación es realmente la confianza en la materia. El aceptar que la materia es la fuente de provisión limita el bien que puede expresarse en nuestra vida. Resentimiento por un clima económico difícil bien puede indicar falta de visión espiritual. El Espíritu, Dios, es el bien infinito, la sustancia infinita. La comprensión espiritual nos da acceso a una fuente infinita de provisión. La materia no es ni un obstáculo ni un camino para la provisión. La abundancia de todo lo que la Vida, el Espíritu, provee no está sujeta a condiciones materiales. La percepción espiritual penetra más allá de la evidencia material de privación y discierne una bendición divina.
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