Eliseo demostró el hecho espiritual de que la verdadera sustancia jamás se consume. Una viuda experimentó la prueba de esta verdad a manera de una vasija que continuó derramando aceite hasta que hubo llenado toda vasija disponible. “Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Vé y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede”. 2 Reyes 4:7;
Cristo Jesús sabía que hasta la más pequeña indicación de provisión era evidencia de la manifestación progresiva del bien infinito. Bendijo cinco panes y dos peces, y cinco mil personas fueron alimentadas. “Y recogieron de los pedazos doce cestas llenas, y de lo que sobró de los peces”. Marcos 6:43;
¿Qué evidencia de provisión tiene usted? Por muy pequeña que sea, si reconoce que señala hacia el Espíritu infinito, usted está contribuyendo para que continúe. Puede usarla libremente para satisfacer sus necesidades legítimas.
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