En el vacío sepulcro
del materialismo, resuena:
“Ha resucitado”.
Y esta victoria hace
que la gloriosa promesa de la resurrección
— de que no hay muerte —
brille en la luz solar
del verdadero ser.
Del número de abril de 1980 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
En el vacío sepulcro
del materialismo, resuena:
“Ha resucitado”.
Y esta victoria hace
que la gloriosa promesa de la resurrección
— de que no hay muerte —
brille en la luz solar
del verdadero ser.