Estando ya comprometida para casarme, encontré en mis padres una fuerte oposición, debido a que las creencias religiosas de mi prometido eran radicalmente opuestas a las mías. Lo que yo deseaba era un matrimonio feliz, armonioso y permanente. Como no quería herir los sentimientos de mis padres ni los de mi novio, me encontré en un dilema y temerosa de tomar una decisión equivocada.
Hacía poco tiempo que estaba estudiando Ciencia Cristiana pero de alguna forma sentí que la respuesta clara surgiría estudiando Ciencia y Salud por la Sra. Eddy desde el comienzo hasta el fin. Leí el libro despacio, unas pocas páginas cada día. Fue un estudio devoto, consagrado, con una visión totalmente amplia — una búsqueda profunda de la guía de Dios y un deseo de dejar que fuese hecha Su voluntad. Al finalizar la lectura del libro ya la respuesta era evidente. Me sentía segura de que este matrimonio era el paso apropiado que debía dar. Encontramos la solución perfecta para cada problema y todos los obstáculos desaparecieron. Mis padres nos dieron toda su cooperación, y el gozo y la armonía han perdurado a través de los años.
Al poco tiempo de habernos casado mi marido comenzó a estudiar Ciencia Cristiana. Nuestros tres hijos han tenido una vida más o menos libre de enfermedades, pues los problemas eran rápidamente resueltos por medio de tratamiento en la Ciencia Cristiana — a veces con ayuda de un practicista, y a menudo mediante nuestra propia oración. Envenenamiento por hiedra venenosa, varicela, sarampión, resfríos, fiebre y ataques de asma son algunas de las curaciones que tuvieron nuestros hijos.
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