Estando ya comprometida para casarme, encontré en mis padres una fuerte oposición, debido a que las creencias religiosas de mi prometido eran radicalmente opuestas a las mías. Lo que yo deseaba era un matrimonio feliz, armonioso y permanente. Como no quería herir los sentimientos de mis padres ni los de mi novio, me encontré en un dilema y temerosa de tomar una decisión equivocada.
Hacía poco tiempo que estaba estudiando Ciencia Cristiana pero de alguna forma sentí que la respuesta clara surgiría estudiando Ciencia y Salud por la Sra. Eddy desde el comienzo hasta el fin. Leí el libro despacio, unas pocas páginas cada día. Fue un estudio devoto, consagrado, con una visión totalmente amplia — una búsqueda profunda de la guía de Dios y un deseo de dejar que fuese hecha Su voluntad. Al finalizar la lectura del libro ya la respuesta era evidente. Me sentía segura de que este matrimonio era el paso apropiado que debía dar. Encontramos la solución perfecta para cada problema y todos los obstáculos desaparecieron. Mis padres nos dieron toda su cooperación, y el gozo y la armonía han perdurado a través de los años.
Al poco tiempo de habernos casado mi marido comenzó a estudiar Ciencia Cristiana. Nuestros tres hijos han tenido una vida más o menos libre de enfermedades, pues los problemas eran rápidamente resueltos por medio de tratamiento en la Ciencia Cristiana — a veces con ayuda de un practicista, y a menudo mediante nuestra propia oración. Envenenamiento por hiedra venenosa, varicela, sarampión, resfríos, fiebre y ataques de asma son algunas de las curaciones que tuvieron nuestros hijos.
Yo fui sanada de jaquecas cuando una practicista me ayudó a liberarme de un falso sentido de responsabilidad por mi hogar y mi familia y a poner a todos y todas las cosas bajo el cuidado de Dios. Las palabras de Cristo Jesús (Mateo 11:28) “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar,” fueron para mí una fuente de apoyo constante, al igual que la explicación que da la Sra. Eddy acerca de Dios como Madre.
Desde mi niñez había sufrido de laringitis, que a veces se prolongaba por varias semanas y se repetía varias veces durante el invierno. Al recordar este problema poco tiempo después de haber aceptado el puesto de Segunda Lectora en una iglesia filial casi me sentí aterrorizada. ¡Si hubiese recordado esto durante la elección hubiese pedido que se retirara mi nombre! Supe ahora que había llegado el momento de sanar de esta condición, de reconocer que nunca había sido real o parte de mi verdadera naturaleza porque no provenía de Dios. Ya no podía encontrar lugar en mi consciencia por más tiempo.
En esa misma época tomé instrucción en clase de la Ciencia Cristiana, la que fue seguida por tres años de un estudio profundo de la Lección Bíblica semanal del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana al prepararme para leer los domingos. Ante tal fiesta espiritual, la laringitis fue sanada en forma permanente. Esto ocurrió hace diecinueve años. Como estudiante de esta Ciencia por más de cuarenta años, siento que se lo debo todo a ella.
Sherman, Connecticut, E.U.A.
Me uno a mi esposa en su gratitud por la revelación que recibió la Sra. Eddy y por todas las curaciones que hemos tenido. Dios fue nuestra fuente constante de provisión durante los muchos años en que trabajé como artista por mi cuenta. Aunque hubo períodos de mucho trabajo y otros de muy poco, nuestras necesidades financieras siempre fueron satisfechas.
En una oportunidad tuve una infección en una pierna y en el pie, que me obligó a permanecer en cama durante varios meses y a andar con muletas durante casi un año. Temía que fuese necesario amputarme la pierna, y hubo momentos en los que creía que me estaba muriendo. Pero tuve ayuda de una practicista y juntos trabajamos durante todo ese tiempo para la solución del problema. Cada día me dedicaba al estudio constante de la Biblia y de Ciencia y Salud. La curación completa de esta condición fue acompañada de un gran crecimiento espiritual.