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La influencia divina en el mundo de hoy

Del número de mayo de 1981 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En la actualidad existe una gran preocupación por las influencias del mal que acechan a la humanidad. Algunos males están tan encubiertos por una hábil retórica que se requiere una habilidad especial aun para identificarlos y separar con convicción lo que es corrosivo de lo que es beneficioso para la sociedad. El mismo problema existía en tiempos bíblicos. Pero la Biblia demuestra este hecho incontrovertible: Donde la influencia divina es comprendida y utilizada, ésta puede desenmascarar, contrarrestar y destruir influencias malignas, por muy atrincheradas que estén, por mucho que engañen y sean engañadas.

La influencia divina no es una fuerza misteriosa. Es la actividad de pensamientos que emanan de Dios, la Mente divina. La influencia divina que opera en nosotros y por medio de nosotros es poder santo, pero siempre es poder reflejado, puesto que la Mente divina, y no el hombre, es su origen.

Considerado espiritualmente, el hombre es creado a semejanza de Dios. Consideremos, pues, qué significa la comprensión de este hecho.

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