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Evitando las traicioneras corrientes del adulterio

Del número de julio de 1981 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Después de habérseme advertido que la resaca de una hermosa playa era una de las más peligrosas del mundo, me impresionó ver cuán fuerte era la tentación de no hacer caso a la prudente advertencia y zambullirme en el agua, con advertencia o sin ella. Una relación adúltera puede ser tan seductora como ese oleaje lo era para mí.

Un primer paso para resistir el adulterio es el deseo de actuar con inteligencia y no emocionalmente. Esto incluye estar dispuesto a considerar los peligros que ello acarrea. Aunque un gran número de personas rehusan reconocer los riesgos del adulterio, la persona que es honesta puede hacerlo más fácilmente.

No obstante, nuestra razón básica para resistir la relación extramarital debiera ser el deseo de obedecer el mandamiento de Dios que nos fue dado por medio de Moisés: “No cometerás adulterio,” Éx. 20:14. y lograr la percepción espiritual prometida por Cristo Jesús: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” Mateo 5:8. Puesto que la pureza es necesaria para que comprendamos a Dios y este entendimiento es la esencia de la vida, Ver Juan 17:3. bien vale la pena esforzarse por ser casto.

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