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Nunca podré estar lo suficientemente agradecida por todos los pasos...

Del número de julio de 1981 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Nunca podré estar lo suficientemente agradecida por todos los pasos divinamente guiados que me condujeron a la Ciencia Cristiana.

Me casé con un hombre cuyos familiares eran Científicos Cristianos, pero mi esposo no estaba afiliado a la iglesia. Ocasionalmente íbamos con su madre a los cultos dominicales o a conferencias sobre esta Ciencia, pero éstos no significaban nada para mí.

Después de algunos años nuestro matrimonio, que había sido feliz, pasó por un período muy difícil. En ese tiempo, compramos una casa cerca de una filial de la Iglesia de Cristo, Científico, y nos enteramos que el corredor de bienes raíces con quien tratamos era el Primer Lector de la iglesia.

Mi esposo comenzó a asistir a los cultos dominicales en esta iglesia, y una mañana decidí ir con él. No recuerdo nada específico sobre la Lección Bíblica en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana que se leyó ese día, pero lo que recuerdo vívidamente todos estos años es el espíritu de amor y cordialidad irradiado por una ujier en particular. Si bien ella ni me tocó, fue como si me hubiera abrazado dándome la bienvenida. Debido al amor que expresaba, me sentí tan atraída y bienvenida que regresé el próximo domingo y continué asistiendo a cada culto dominical y reunión de testimonios de los miércoles durante muchos años.

Éste es un valioso recuerdo para mí y me impresiona la importancia del cargo de ujier. A menudo, la primera persona que un recién llegado ve al entrar en una iglesia de la Ciencia Cristiana es a un ujier, y el espíritu que el ujier refleja puede ser lo que determine la receptividad de pensamiento en ese recién llegado. Qué importante es, entonces, prepararse mediante la oración para hacer este trabajo con amor y bondad y dar una bienvenida a los asistentes.

Me hice miembro de la iglesia después de concurrir a ella durante un año. Toda una nueva vida se abrió para nosotros desde entonces. Estoy agradecida por haber podido servir a la iglesia en actividades tales como la Escuela Dominical y el recompensador puesto de Segunda Lectora. Un toque de luz en mi progreso espiritual es la clase de Ciencia Cristiana, y la reunión anual de los alumnos de la asociación es una inspiración que siempre espero con gozo.

En nuestra familia hemos tenido muchas curaciones, incluso la liberación de la creencia de escasez, mediante el entendimiento de la verdadera sustancia, y la consecuente evidencia de abundante provisión. Mi oración diligente me dio una confianza y entendimiento de esta hermosa verdad de la Biblia (Salmo 84: 11, Versión Moderna): “No negará ningún bien a los que andan rectamente”. Comencé a darme cuenta de que la escasez así como la enfermedad eran imposibles en la perfección de la totalidad de Dios justamente como la enfermedad lo es, y esta tremenda mentira perdió su poder de atemorizarme o gobernar mi vida.

Recientemente, una condición interna, la cual era molesta y me causaba alguna dificultad, empeoraba gradualmente. No parecía responder a mi oración para la curación. Yo sabía que la creación de Dios es eternamente perfecta, y oré para ver esa perfección. La condición finalmente se volvió alarmante y llamé a una practicista de la Ciencia Cristiana para que me ayudara. La condición mejoró, pero la curación total no se produjo, e inclusive algunos de los síntomas empeoraron.

Un día, pedí nuevamente ayuda a una practicista, y una vez más algunos de los síntomas se agravaron. Pero al día siguiente me di cuenta de que la completa curación se había producido. Cada síntoma desapareció, y ninguno de ellos ha vuelto.

A través de la aplicación de esta Ciencia sanadora, tanto mi esposo como yo hemos disfrutado de exitosas y satisfactorias carreras, y nuestro matrimonio es estable y feliz.


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