¿Hemos acumulado sólo años y cicatrices? Éstos palidecen antes los triunfos que la Verdad ha logrado — una más amplia visión, más humildad, el deseo de ver que Dios es Mente y Amor. ¿Veneramos sólo a la juventud y al tiempo? Éstos se desvanecen ante la eternidad del hombre — resplandor perenne, un sentido del Alma, siempre nuevo, una belleza interior que jamás se irá.
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