Una vela encendida
Sarah V. Cornelius
Del número de septiembre de 1981 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
En quietud
la idea resplandece:
Dios me ama.
Esta seguridad del corazón,
— luminosa en mí,
mi verdadero ser descubriendo —
puede alcanzar de mi hermano
el dispuesto corazón
aquí y en todas partes
a fin de confortarlo e iluminar en él
su inmortalidad.
Sarah V. Cornelius
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