Cada vez que te haces de un amigo,
ayudas a prevenir una guerra
porque la amistad muestra al mundo
que ya no hay que pelear más.
De todos los amigos que tengo
el que me gusta especialmente es Dios.
Porque cada vez que acudo a Él
Él se alegra de tener noticias mías.
Dios es mi amigo —
está conmigo en mi casa;
en realidad, está conmigo en todas partes,
por tanto nunca me siento solo.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!