Muy a menudo el mal genio hace que se pierda el dominio sobre la lengua, y la Biblia nos dice: “Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión de tal es vana”. Sant. 1:26.
El propósito de la brida es gobernar y refrenar a un caballo, impedirle que haga un movimiento precipitado que podría causarle daño tanto al jinete como a la cabalgadura. Una de las bridas más eficaces que podemos usar para dominar la lengua es el silencio. Aun un momento de silencio puede ser un instrumento eficaz para la paz, si se usa como una oportunidad para recurrir a la única Mente. Dios nos dará la fortaleza necesaria para que no sólo la lengua sino también los pensamientos airados que la influyen se sometan a la ley del Amor divino.
La Ciencia Cristiana hace hincapié en que no sólo las palabras sino los pensamientos deben estar cada vez más en conformidad con las elevadas normas de amor desinteresado seguidas por Cristo Jesús. Nuestra Guía, la Sra. Eddy, escribe: “¿Quién no ha aprendido que cuando está a solas tiene que vigilar sus pensamientos; su temple cuando lucha con la humanidad; y su lengua cuando está en sociedad? Nosotros también hemos alcanzado mayores alturas; hemos aprendido que las tribulaciones nos elevan a esa dignidad del Alma que nos sostiene y que finalmente las vence; y que las pruebas severas purifican a la vez que castigan”.Escritos Misceláneos, pág. 126.
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