Marcos iba a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. Todas las semanas el maestro conversaba con su clase sobre las historias de la Biblia. Después hablaban sobre cómo aplicar estas historias en el hogar o en la escuela.
Marcos tenía una bicicleta flamante de la cual estaba muy orgulloso. Un día en que andaba por la calle montado sobre su brillante bicicleta nueva, dos camorristas lo llamaron muy inesperadamente. Le dijeron que le iban a quitar su bicicleta. A pesar de que Marcos estaba muy asustado, dijo con firmeza: “¡No, no me la van a quitar!” Entonces los muchachos empezaron a tratar de agarrar los manubrios y gritaron: “Te vamos a quitar tu bicicleta”. De pronto Marcos recordó una historia de la que habían hablado recientemente en su clase de la Escuela Dominical, la historia de David y Goliat. Ver 1 Sam. 17. Se paró derecho y les gritó a los camorristas: “¡En el nombre de Jehová, no lo van a hacer!” Turbados, se echaron para atrás. Uno le dijo al otro: “Está chiflado”, después se fue con su amigo.
A pesar de que Marcos estaba temblando de pies a cabeza, volvió a su casa todavía sujetando su bicicleta y contó a su madre lo que había pasado. Marcos estaba pálido, pero ella podía ver que el haber subyugado al error lo había fortalecido.
En la Escuela Dominical, Marcos estaba aprendiendo a encarar desafíos con la Verdad en vez de retroceder ante ellos por temor. Sabía que el mismo poder de Dios, el bien, que ayudó a David a enfrentarse a Goliat, podía ayudarlo a él en toda situación difícil. Había aprendido que el gigante Goliat representaba la mentira de que el error, o el mal, puede ser grande y poderoso cuando ni siquiera es real. Había aprendido que con confianza en la verdad de que Dios tiene todo el poder, podía encarar todo error, pequeño o enorme; ya sea que se llamara enfermedad, temor, dificultades en la escuela, o alguna otra clase de discordia. Había aprendido que el error es sólo una simulación de poder, y eso fue lo que le dio el valor para detener a los camorristas que trataban de quitarle su bicicleta.
“El mal es destruido por el concepto del bien”,Ciencia y Salud, pág. 311. escribe la Sra. Eddy en Ciencia y Salud. Ese “concepto del bien” puede estar contigo tal como estuvo con Marcos. Detendrá todo lo que trate de quitarte la felicidad y la paz que te pertenecen como hijo de Dios.
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