¿Una mujer de juez? ¡Una mujer no tiene la suficiente inteligencia para ser juez! Necesita que un hombre tome las decisiones por ella. ¿Cómo puede una mujer determinar si las acciones de los demás son justas? El hombre ostenta el cetro de la autoridad. Si crees en ello, escucha la historia de Débora que figura en los capítulos cuarto y quinto de Jueces, en la Biblia.
La Biblia nos enseña que Débora era una juez que no se había dejado influir por muchos de los falsos conceptos respecto a la mujer. Ella se sentía capaz de hacer la voluntad de Dios, libre de toda duda o de un sentido de limitación respecto a su capacidad como mujer.
Débora era la esposa de un hombre llamado Lapidot, de quien poco se sabe. El hecho de ser un ama de casa, evidentemente no interfirió con su carrera como juez. Ella fue considerada una mujer ideal — una “madre en Israel”. Su tribunal no se reunía en su casa, sino debajo de una palmera. Debido a que era una profetisa, que predicaba la Palabra de Dios, el juicio de Débora era sumamente respetado. La gente acudía a Débora con sus problemas y disputas y sus decisiones eran acatadas.
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