Estoy sumamente agradecido porque durante dieciséis de los diecisiete años pasados nuestro negocio ha progresado mucho. Lo más importante, esto lo atribuyo totalmente a la Ciencia Cristiana porque me ayudó durante tiempos difíciles y me capacitó para contribuir a este logro.
Una vez tuvimos un vendedor quien había trabajado con nosotros por tres años. Se le consideraba entre los mejores vendedores del estado, y parecía estar muy contento con su trabajo. Entonces otra compañía supo de él y le hizo una oferta de trabajo muy lucrativa, la cual aceptó.
Las semanas siguientes fueron algo agitadas porque tuve que hacer toda la venta en la zona de aquel vendedor, ayudar a los otros seis vendedores, mantener los informes y archivos, entrevistar y emplear a un nuevo vendedor, y cubrir los períodos de vacaciones.
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