Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

La fuente de la inspiración

[Original en español]

Del número de marzo de 1982 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Todos los artistas, escritores o inventores tarde o temprano se dan cuenta de que tanto la inspiración como el trabajo son necesarios si han de cumplir con sus objetivos. La inspiración sin el trabajo correspondiente no rinde fruto y finalmente se agota, se pierde. Y el trabajo solo sin inspiración puede producir buenos técnicos, artesanos profesionales, pero rara vez artistas.

En este respecto, la posición del Científico Cristiano es similar a la del artista. A menos que no utilicemos plenamente ambos recursos, los resultados obtenidos serán limitados. Podemos dedicarnos a la lectura de nuestros libros de texto, la Biblia y Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, y tal vez podamos recitar pasajes enteros de memoria. No obstante, si nuestra oración o nuestro estudio se hace sin inspiración, difícilmente podremos sanarnos o sanar a otros tan fácilmente como nos gustaría.

La Sra. Eddy da como primer Artículo de Fe de la Ciencia Cristiana: “Como adherentes de la Verdad, tomamos la Palabra inspirada de la Biblia como nuestra guía suficiente para la Vida eterna”.Ciencia y Salud, pág. 497. La Biblia fue escrita por personas de diversa extracción cultural y social, durante épocas que abarcan más de un milenio, y, sin embargo, ha mantenido un grado extraordinario de coherencia y unidad. ¿No indica esto acaso la unidad de su origen, recordándonos que los escritores y redactores que trabajaron en ella recibieron su inspiración de la fuente que es la Mente divina? Esta misma Mente luego inspiró a la Sra. Eddy y la condujo a “organizar una iglesia destinada a conmemorar la palabra y las obras de nuestro Maestro, la cual habría de restablecer el Cristianismo primitivo y su perdido elemento de curación”.Manual de La Iglesia Madre, pág. 17.

El hombre común podría objetar que la inspiración espiritual pertenece al pasado y que hoy está reservada sólo para algunos privilegiados. Pero éste no es el caso. Los Científicos Cristianos demuestran a diario el poder sanador de la Verdad. La eliminación de la enfermedad, el mejoramiento de las condiciones de vida y de las relaciones humanas, la disminución de toda clase de discordancias, todo esto se puede comprobar en la sección de testimonios de las publicaciones semanales, mensuales y trimestrales de la Ciencia Cristiana.

Todos podemos recurrir a la oración para obtener la inspiración que nos revelará las soluciones tanto para problemas triviales como para los de mayor importancia. Por ejemplo, cuando trabajé en una fábrica de gomas, a cargo de importaciones, tenía la costumbre de orar todas las mañanas cuando iba de camino a la oficina. Esta costumbre me permitía vestirme con la coraza del Espíritu para poder resistir la influencia de un ambiente materialista y cargado de problemas. Un día, el corredor de cambio me pidió con urgencia unos documentos. Para mi consternación los documentos no estaban en la carpeta correspondiente, Perdí mucho tiempo buscando los papeles, pero sin resultado alguno. Al día siguiente se vencía el plazo para presentarlos en el banco. Esa mañana oré específicamente, afirmando que había una sola Mente omnisapiente, que lo sabe todo y que me guiaría. Al llegar a mi oficina mi ansiedad había desaparecido. Abrí el armario que contenía decenas y decenas de carpetas, y sin titubear saqué una. Al abrirla encontré de inmediato los documentos, que habían sido guardados en forma equivocada. En menos de dos minutos logré lo que en la tarde anterior había tratado inútilmente de conseguir durante dos horas. Es muy obvio que la inspiración obtenida mediante la oración tranquila había dado frutos mucho más pronto que la “transpiración” que había dedicado a la búsqueda el día anterior.

Esta sencilla experiencia ilustra cómo el recurrir a Dios para obtener inspiración resuelve nuestras necesidades. Esta misma Mente inspiró a Moisés a sacar agua de la roca para dar de beber a los israelitas en el desierto, y permitió al profeta Eliseo advertir al rey de Israel sobre los planes del ejército sirio.

¿Cómo, pues, se puede hallar y obtener esta inspiración? En la Biblia, el apóstol Santiago nos indica: “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente”. Sant. 1:5. La oración, entonces, es el medio de obtener inspiración. La Biblia está llena de ejemplos que indican la eficacia de este recurso. La Sra. Eddy dedica un capítulo entero a la oración en Ciencia y Salud, enseñándonos la enorme distancia que existe entre la repetición mecánica de palabras y la oración afirmativa del entendimiento espiritual.

También es necesario saber escuchar; percibir y dejarse guiar por la Mente divina. Cuando estamos en duda sobre el camino a seguir, podemos aguardar con paciencia y en oración hasta que podamos discernir por dónde proseguir. Hay veces cuando la inspiración aparece en forma instantánea, y otros casos cuando tenemos que trabajar para alcanzarla. Nuestra Guía, la Sra. Eddy, señala la fuente de la inspiración y las formas en que puede manifestarse cuando escribe: “El Amor inspira, ilumina, designa y nos muestra el camino”.Ciencia y Salud, pág. 454.

Mediante la oración, el escuchar y luego seguir con total confianza las indicaciones de la Mente omnisapiente, se han obrado maravillas, preservado vidas, salvado a personas y comunidades de situaciones críticas. La Biblia muestra que aun los efectos de desastres naturales han sido vencidos.

La Ciencia Cristiana ha de reconocerse por sus frutos. Sus seguidores han de cumplir con los mandatos de Cristo Jesús predicando el evangelio y sanando a los enfermos. Y si recurrimos diariamente a la oración y cumplimos con nuestro trabajo de obedecer la dirección de Dios, la inspiración vendrá y las curaciones serán abundantes.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / marzo de 1982

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.