La pregunta, “¿Dónde está su iglesia”?, se puede responder en muchos niveles. La Iglesia que se nos está revelando porque estamos progresando en nuestra comprensión de Dios no está limitada a ninguna fuente o lugar terrenales. Donde hay una filial o sociedad de la Iglesia de Cristo, Científico, es evidente que algunas personas o muchas han sido tocadas por el Cristo sanador, esto es, que han vislumbrado que el hombre está científicamente vinculado con Dios, y han visto que se ha operado un cambio en su vida gracias a este conocimiento espiritual.
La Ciencia Cristiana cruza todas las fronteras nacionales y culturales. Aunque tiene su sede en Boston, Massachusetts, E.U.A., la Ciencia Cristiana no es meramente una religión norteamericana. Dondequiera que haya una filial de la Iglesia de Cristo, Científico, ésta ha sido establecida por los residentes de la localidad. En realidad, la Iglesia es una idea divina, y estas personas, que ven esta idea y la aceptan, son apreciadas y apoyadas por La Iglesia Madre. El Cristo, siempre activo en todas partes, es la fuente y sustancia de la iglesia. Toda iglesia filial o sociedad se crea y mantiene mediante el poder del Cristo.
Mary Baker Eddy basó su entendimiento del Cristo en la Biblia y, en especial, en las obras y la enseñanza de Cristo Jesús, cuya vida dio testimonio del poder del Cristo. Ella define al “Cristo” como “la divina manifestación de Dios, que viene a la carne para destruir el error encarnado”.Ciencia y Salud, pág. 583. (Esta definición, así como la definición de “Iglesia”, citada más adelante, se encuentran en el Glosario de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, el libro de texto de la Ciencia Cristiana. El Glosario da la acepción espiritual de muchos términos bíblicos.)
La Sra. Eddy fundó una iglesia que ayudaría a los hombres a descubrir la actividad del Cristo en su propia vida hoy en día. Sabía por experiencia que cierto grado de comprensión del Cristo, junto con la disposición de vivir a la luz de esa comprensión, regenera y sana. El Cristo eleva la vida humana. Mediante el Cristo aprendemos a vivir con mejor salud, a amar más universal y desinteresadamente, y a confiar en nuestra propia espiritualidad y valorarla.
“La divina manifestación de Dios” está siempre presente en todas partes. Juan percibió que “aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo”. Juan 1:9. La misión especial de la Iglesia de Cristo, Científico, es traer esa luz, en su máxima refulgencia, a la vida individual. Cuando se comprende la naturaleza verdadera del hombre, y los individuos ven más claramente que ésta es la verdad espiritual y tangible de sus vidas, se dan cuenta de que tienen la capacidad para sanar y enriquecer la calidad de su vida y la de los demás.
El que ha experimentado ese enriquecimiento en su vida reconoce que el mejoramiento de las condiciones humanas no es un fin en sí mismo. Ese mejoramiento es indicativo de la bondad de Dios que llega a la tierra y una profecía de la destrucción final de todo mal: enfermedad, pobreza y crueldad.
Los Científicos Cristianos “construyen” su iglesia con vidas regeneradas, con la prueba de lo que un conocimiento científico y cristiano de Dios significa en la experiencia individual. La definición de “Iglesia” en el Glosario de Ciencia y Salud comienza con la naturaleza espiritual absoluta de Iglesia: “La estructura de la Verdad y el Amor; todo lo que descansa en el Principio divino y procede de él”. Por medio del Cristo esta estructura se nos revela, y por medio de la acción impelida por el Cristo la institución humana establece un vínculo entre esta realidad espiritual y la vida cotidiana. “La Iglesia es aquella institución”, continúa diciendo la definición, “que da prueba de su utilidad y se halla elevando la raza humana, despertando el entendimiento dormido de sus creencias materiales a la comprensión de las ideas espirituales y a la demostración de la Ciencia divina, así echando fuera los demonios, o el error, y sanando a los enfermos”.Ciencia y Salud, pág. 583.
Es fácil comprender que la Iglesia de Cristo, Científico, no pertenece a ningún individuo ni a ninguna nación. En otro sentido pertenece a todos los pueblos y a todas las naciones. Quienes se unen a esta iglesia aceptan la enseñanza y el ejemplo de Cristo Jesús como su Salvador. Hacen de su confesión de fe una realidad viva en su vida. Se empeñan por seguir los pasos del Maestro. Mediante un estudio de la vida del Maestro se dan cuenta de que sanó al enfermo, perdonó al pecador, resucitó a los muertos y resucitó él mismo después de dejar que los hombres crucificaran su cuerpo. Y prestan atención a lo que dijo con tanta claridad: “El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también”. Juan 14:12. La obra sanadora es lo que establece y mantiene una institución digna del nombre de Iglesia de Cristo, Científico.
¿Dónde está nuestra iglesia? Preguntemos, en cambio: “¿Con qué fin hemos orado hoy?” Allí está nuestra iglesia, allí donde nuestras oraciones, basadas en el conocimiento de la omnipotencia de Dios, han tocado en algún lugar un problema para sanarlo.
La Iglesia universal se está revelando constantemente. Se manifiesta en la tierra en nuestro creciente entendimiento de la bondad y la totalidad del único Dios verdadero. Adquirimos este entendimiento a través del Cristo, viviendo y curando como Jesús lo hizo. Y, por medio de la visión a la manera del Cristo, encontramos la Iglesia de Dios en todas partes.
Y el Señor añadía cada día a la iglesia
los que habían de ser salvos.
Hechos 2:47
