Las fuerzas del Espíritu divino, Dios, que producen armonía, se ponen de manifiesto en esas cualidades que dan acción al pensamiento tales como la sabiduría y la inteligencia, la pureza y la perfección, la santidad y el gozo, y éstas constituyen el hombre a la imagen de Dios. Las fuerzas espirituales actúan infaliblemente.
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