Hace algún tiempo, mientras esperaba en un restaurante, me llamó la atención un bello candelabro de cristal que colgaba del medio del techo. Al mirarlo me dí cuenta de que tenía solamente una luz en el centro pero que cada prisma de cristal reflejaba completamente la luz central, sin interferir una con la otra. Esto me hizo recordar las muchas referencias que hay en los escritos de la Sra. Eddy respecto a la identidad del hombre como el reflejo de la única Mente infinita, Dios. Una de estas referencias en Pulpit and Press dice: “Una gota de rocío refleja el sol. Cada uno de los pequeñuelos del Cristo refleja al Uno infinito, haciendo verdadera la declaración del profeta de que ‘uno con Dios es mayoría’ ” (pág. 4).
Este símbolo del candelabro fue una fuente de gran inspiración para mí hace cerca de dos años cuando tenía desesperada necesidad de curación. Anteriormente había sufrido de una dolorosa condición que fue afectando todo el cuerpo gradualmente, y deterioró mi salud hasta el punto en que no podía acostarme, sentarme o caminar sin dolor. De hecho, no podía alzar los brazos, ni siquiera sostener un libro en las manos.
Deseo hacer una pausa aquí para expresar mi gratitud a Dios por los varios practicistas de la Ciencia Cristiana que me ayudaron en diferentes momentos durante este período; especialmente por uno que me ayudó día y noche el año pasado. En mis momentos más angustiosos, mis llamadas siempre recibieron una respuesta animada y una voz de aliento para seguir adelante.
Durante este tiempo traté de parecer tan normal y estar tan activa como me era posible. Recuerdo el haber arreglado las camas con lágrimas en los ojos y oraciones en los labios. Pero al continuar con el estudio de la Ciencia, y al crecer espiritualmente, el temor de convertirme en una inválida comenzó a desaparecer. Incluso disminuyó el miedo a morir al comprender que en Dios, la Vida, no hay muerte. En el reino de Dios no existe tal cosa como “antes del nacimiento” o “después de la muerte”.
Ahora en retrospección veo esta experiencia como una de progreso y aprendizaje: aprender a conocer a Dios mejor, y verme como Su completo reflejo, incluyendo todo el bien que es Dios.
Mis constantes compañeros fueron la Biblia, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras y los otros escritos de la Sra. Eddy. También leí las publicaciones periódicas y muchos de los folletos que se encuentran en la Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana. La inspiración que recibí de este estudio me ayudó a ver que toda persona que acepta la Ciencia se está liberando del sentido material de las cosas y adquiriendo una comprensión de la Vida, Dios. Adquiere una nueva visión de sí mismo y de los demás, y aprende a vivir con esta nueva perspectiva.
Cuando comencé a desear este desarrollo espiritual más de lo que deseaba mejorar cualquier sueño material; cuando permití que la Verdad brillara a través de mí y me transformara, comenzaron a suceder muchas cosas. Nunca olvidaré la alegría que sentí cuando pude caminar primero una cuadra, y luego dos y más, sin sentir dolor. Pude volver a nadar, y la mayor alegría fue cuando pude volver a bailar, (actividad que me gusta muchísimo).
Hoy mi gratitud no tiene límites por esta prueba del cuidado amoroso de Dios. Ahora estoy activa en todo sentido, y mi oración es que pueda continuar en esta gloriosa jornada hacia lo profundo de la realidad.
Stuart, Florida, E.U.A.