Una vez, cuando yo tenía cuatro años, me dejaron sola en la playa. Mi familia y algunos amigos habíamos ido a pasar el día en la playa. Eramos nueve en total: mi mamá, mi papá, mi hermanito que era bebé y la joven que ayudaba a cuidarlo, unos amigos íntimos y sus dos niñas. Nos divertimos mucho. Me habían dado permiso para jugar sólo donde el agua era poco profunda, pero se suponía que debía quedarme donde mamá y papá pudiesen verme y yo pudiese verlos a ellos.
¡Ahora viene la parte alarmante! Cuando volví a la playa a buscarlos, mi familia y nuestros amigos se habían ido. Yo estaba muy asustada y seguí caminando hasta donde terminaba la playa. Empecé a caminar de arriba a abajo, llorando. Pero además de eso, ¿saben qué hice? Iba cantando el himno de la Sra. Eddy — mi himno favorito — “La colina, di, Pastor, cómo he de subir.. .” Himnario de la Ciencia Cristiana, N.° 304. La estrofa completa dice:
En la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana a la que yo asistía, me habían enseñado que Dios es el Pastor que me enseña cómo he de subir. Mamá y papá siempre me habían enseñado que Dios me ama mucho y que está siempre conmigo, dondequiera que yo esté.
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