Para obtener el máximo beneficio de la instrucción en clase Primaria de la Ciencia Cristiana, necesitamos ir más allá de las personalidades humanas, del razonamiento humano y de los “estilos” humanos. El elegir un maestro implica mucho más que preguntar a alguien: “¿Quién es su maestro?” o simplemente comunicarse con alguno de los doscientos o más individuos autorizados como maestros y registrados en el The Christian Science Journal.
El nuevo crecimiento espiritual que comienza con la instrucción en clase es el resultado de la acción de la Verdad sobre las creencias erróneas, y no la influencia personal de un ser humano sobre otro. Cristo Jesús reconoció esto. El dijo a sus discípulos, a quienes había enseñado por tres años, que tendría que dejarlos antes de que pudieran sentir en sus corazones el impacto total de sus palabras, (¡imagínese usted lo que habrán sido sus enseñanzas!) El dijo: “Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré”. Fue este Consolador, lo que él definió como “el Espíritu de verdad”, y no el hombre que ellos percibían con los sentidos físicos lo que los guiaría “a toda la verdad”. Juan 16:7, 13. El Maestro sabía que toda verdad y entendimiento vienen de Dios, quien es la Verdad misma. El aprendizaje basado en el entendimiento espiritual de la naturaleza y presencia de Dios, es mucho más eficaz que el que se basa meramente en declaraciones de seres humanos, a pesar de lo elocuentes o bien informados que estén. Y cada uno debe hacer su propia demostración de lo que quiere decir ser hijo de Dios.
La Sra. Eddy, quien estableció la instrucción en clase por medio de la Iglesia que ella fundó, reconoció que los maestros humanos son necesarios. Y, sin embargo, en todos sus escritos ella habla firmemente contra toda forma de adoración a la personalidad. Entonces, no es de sorprenderse que ella proteja tanto al alumno como al maestro con este importante requisito del Manual de La Iglesia Madre: “Los alumnos se guiarán por la Biblia y Ciencia y Salud, y no por los puntos de vista personales de sus maestros”.Man., Art. XXVI, Sec. 6. ¡Cuán importante es obedecer estrictamente este Estatuto! La influencia personal actúa en contra de las metas de la instrucción en clase.
He aquí algunas de las consideraciones que requieren cuidadosa atención y oración cuando se desea elegir un maestro:
La relativa visibilidad del maestro en el escenario humano o dentro del movimiento de la Ciencia Cristiana, o su reputación como cierta clase de maestro, de hecho, no afecta en nada si el maestro es el adecuado para usted. Hay maestros excelentes que no son muy conocidos, que están dedicados humildemente a la práctica de la curación en la Ciencia Cristiana, que son capaces de impartir un profundo sentido de lo que se requiere para ser un Científico Cristiano y un sanador eficaz.
Es necesario estar dispuesto a viajar a cualquier lugar por el bien de su crecimiento espiritual, y también estar dispuesto a tomar clase con uno de los maestros disponibles en su localidad. Pero, naturalmente, usted no deberá seleccionar un maestro basándose en las oportunidades que la ciudad donde la asociación se lleva a cabo ofrece para pasar vacaciones o hacer negocios. Tampoco deberá aceptar en su pensamiento que los gastos de viaje y de alojamiento durante las dos semanas de clase son un obstáculo insuperable. Una idea correcta viene con sus propios “fondos”. En otras palabras, Dios no responde sólo parte de nuestra oración sino que nos da todo lo que necesitamos para cumplir con Su voluntad.
Ya sea que amigos u otros miembros de su familia hayan recibido instrucción en clase con el maestro que usted esté considerando, eso no debe ser un factor determinante. La relación de cada alumno con su maestro es individual y debe permanecer privada. La clase es una oportunidad para demostrar independencia de los lazos carnales, así como la singular relación que cada uno tiene con el único y verdadero Padre-Madre, Dios.
Algunas veces, el maestro y el alumno ya son amigos personales. En este caso es especialmente importante eliminar los factores humanos que podrían guiarnos erróneamente. Quizás usted piense que su amistad le pueda ofrecer una ventaja sobre los demás, permitiéndole aprender más u obtener favores especiales. Pero la honestidad total no dejará que maestro y alumno sean influidos por tales sugestiones. Cuando éstas son eliminadas conscientemente como factores en nuestra decisión, tal amistad no será una interferencia con las metas de instrucción en clase. De hecho, la clase puede aumentar las dimensiones espirituales de la amistad.
Entonces, ¿qué se debe buscar en un maestro? Aunque no hay una fórmula, la meta de llegar a conocer mejor la Biblia y Ciencia y Salud, — percibiendo más ampliamente el punto de vista radical y el discernimiento práctico que estos libros exponen — indica el camino. El escuchar callada y fervorosamente a Dios le conducirá a encontrar a quienes le puedan ayudar de la mejor manera a realizar su meta. Recuerde que los requisitos espirituales también se aplican en la elección de los alumnos por parte del maestro. Ver Man., Art. XXVI, Sec. 2.
Cuando se sienta guiado a seguir adelante, hay ciertos pasos sencillos y prácticos que se pueden tomar. Primero, comuníquese con el maestro y exprésele su interés en tomar instrucción en clase. El maestro probablemente hará arreglos para futuras conversaciones, ya sean por teléfono, personalmente, o por correspondencia.
Luego, usted ha de pedir un formulario de solicitud para clase, y después, una entrevista. Tanto usted como el maestro pueden descubrir cosas importantes acerca de cada uno mediante el formulario de solicitud. Aun antes de llenar el formulario, sería conveniente tener otra entrevista, y esto se puede arreglar. Estos pasos proveen el tiempo para escuchar mejor la dirección de Dios. Algunas veces, el resultado es que no se toma clase con ese maestro. Esto no es una señal de fracaso. Cada paso que se da para buscar inspiración divina y tratar de ponerla en práctica en sus actividades, lo bendice. Algunos alumnos se comunican con varios maestros antes de que maestro y solicitante lleguen a una decisión afirmativa. Si este es su caso, aproveche cada oportunidad para llegar a conocer mejor la voz de Dios que habla a su consciencia. Es parte importante de lo que se requiere para ser un buen alumno.
Sin embargo, ¿qué sucede si se ha elegido un maestro, y parece que ha cometido un error? Ya que se toma instrucción en clase sólo una vez, ¿no hay esperanzas de progreso espiritual en este caso? En Ciencia y Salud, la Sra. Eddy nos da esta verdad consoladora: “El alumno que recibe sus conocimientos de Ciencia Cristiana, o sea de curación metafísica, de un maestro humano, es posible que esté equivocado en su juicio o en su demostración, pero no es posible que Dios se equivoque”.Ciencia y Salud, pág. 455.
A pesar de lo que haya ocurrido en el pasado, nada puede jamás separarnos del amor y la ayuda siempre disponibles de Dios. Lo que necesitamos hacer es cambiar sinceramente nuestro pensamiento, poniéndolo en armonía con la voluntad divina, y esperar confiadamente que los ajustes apropiados se realizarán. Podemos decidir volver al fundamental maestro que se nos ha dado en primer lugar, la Biblia y Ciencia y Salud, y buscar las verdades espirituales que necesitamos. Es posible que tengamos que cambiar nuestra manera de pensar sobre el maestro humano y la forma de tratar con él. Esto puede conducirnos a tener una franca conversación con el maestro para identificar y resolver los problemas.
La Verdad divina, o la Mente, es la fuente de todo entendimiento. Como el Maestro por excelencia, Cristo Jesús, dijo a sus discípulos: “Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí”. Juan 6:45. La experiencia y el entendimiento de un maestro humano pueden, sin lugar a dudas, ser útiles, pero las lecturas seleccionadas de la Biblia y de los escritos de la Sra. Eddy que todos los maestros dan como parte de la instrucción en clase, son revelaciones enviadas por Dios, que constituyen las verdades básicas de la Ciencia Cristiana. Y aunque las dos semanas de clase son valiosas, el aprendizaje no empieza allí y no debe terminar allí. ¡Qué alegría es saber que cada vez que volvemos a estudiar profunda y sistemáticamente estas selecciones, en cierto sentido, tomamos clase de nuevo!
El tomar instrucción en clase Primaria de Ciencia Cristiana es un acontecimiento importante en nuestro progreso espiritual. Esta instrucción guía a la consciencia receptiva hacia la luz de la verdad absoluta de Dios y el hombre. Este enfoque concentrado en la realidad divina pone de por vida al individuo receptivo en un sendero de desarrollo y regeneración espirituales.
Encamíname en tu verdad, y enséñame,
porque tú eres el Dios de mi salvación;
en ti he esperado todo el día.. .
Encaminará a los humildes por el juicio,
y enseñará a los mansos su carrera.
Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad,
para los que guardan su pacto y sus testimonios.
Salmo 25:5, 9, 10