"¿Qué hay de malo acerca de la adolescencia hoy en día?" preguntaron nuestras hijas (una de diez y la otra de once años de edad) a la hora de la cena hace varios años. Al principio me sorprendió esa pregunta. Entonces recordé que habían escuchado las tres mismas conversaciones que yo había escuchado ese día acerca de los adolescentes.
La primera fue en la oficina de mi esposo cuando un nuevo padre anunció el nacimiento de su hija. "Imagínese", dijo en son de broma uno de sus compañeros de trabajo, "en un dos por tres será adolescente y empezará a salir con muchachos". "Ni lo menciones", respondió el padre, mitad en broma y mitad en serio.
Después escuchamos una conversación en el subterráneo. Al ver a un grupo de adolescentes, una señora de edad avanzada movió la cabeza y dijo a su compañera: "Me alegro de haber criado a mis hijos cuando lo hice. Ya era bastante malo entonces. ¿Se imagina lo que sería en la sociedad de hoy en día?
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