Cuando habla el corazón, por sencillas que sean las palabras, su lenguaje es siempre aceptable para quienes tienen corazón.
Mary Baker Eddy
Escritos Misceláneos, pág. 262.
Progreso de un miembro:
“Durante tres años pasé por serias pruebas, incluso un período en el que sentí que no comprendía, y que jamás había comprendido, la Ciencia Cristiana. Ahora, después de haber pasado tres años estudiando seriamente Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, junto con la Biblia, veo que estos pensamientos nunca fueron míos, y que tampoco lo fue el temor mesmérico al que parecía estar sujeto. Llegué a ver que, aunque pensaba que había perdido toda comprensión, en realidad, siempre había estado bajo el cuidado de Dios.. .
“Ahora puedo enfrentar [los problemas] con esa comprensión que me vi forzado a buscar. Siento una inmensa gratitud por el poder sanador del Amor, y por la dedicación de La Iglesia Madre y de todos los que trabajan para ella”.
De una persona que ha estudiado durante muchos años Ciencia Cristiana:
“En 1900, una amiga le regaló Ciencia y Salud a mi madre. Concurrí a la Escuela Dominical.. . por medio de Dios y de mi estudio de la Biblia y de la Lección-Sermón, y por medio del trabajo en la iglesia filial, todas mis necesidades fueron satisfechas. [He sido] miembro de La Iglesia Madre desde 1915.
“Han pasado casi cien años; parece casi un milagro. Estoy muy agradecida por la Biblia y Ciencia y Salud, y también por todos los trabajadores en Boston”.
De un estudiante de la Escuela Dominical:
“Estimada Secretaria de La Iglesia Madre:
“Tengo diez años, y estoy pensando en afiliarme a la Iglesia. Oro diciendo ‘La oración diaria’ Ver Mary Baker Eddy, Manual de La Iglesia Madre, Art. VIII, Sección 4. todos los días antes de ir a la escuela. Me ayuda a preparar mi día.
“¿Tendría la amabilidad de enviarme información para afiliarme? Se lo agradeceré mucho.
“Todas las semanas mis compañeros y yo hablamos con el maestro en la clase de la Escuela Dominical sobre la Lección Bíblica. Si durante esa semana tuvimos alguna curación, contamos cuál fue el problema y cómo lo solucionamos.
“Si ninguno tuvo una curación [para contar], traemos palabras escritas que encontramos en la lección y que pensamos que dan el significado del tema. ¿Le agrada esa idea?
“Cuando tenga un momento, ¿podría enviarme una solicitud para que yo pueda verla, y, tal vez, una cartita diciéndome por qué a usted le gusta ser miembro de La Iglesia Madre? ¡Muchísimas gracias!
“P.D. Estoy tratando de leer una sección de la lección todos los días, y la sexta la leo el sábado”.
De un lector del Monitor:
“El año pasado me di cuenta de que había comenzado a alejarme del estudio y la práctica de Ciencia Cristiana. Pasaba largas horas trabajando y ocupándome en actividades sociales que no estaban a la altura de las normas de la Ciencia Cristiana, con la esperanza de que ello me iba a ayudar a progresar en mi carrera. Más adelante, perdí todo interés en concurrir a la iglesia con regularidad. Alrededor de esa época, recibí su oferta de una suscripción gratis, por cuatro semanas, al The Christian Science Monitor. Me sentí impulsado a aceptarla (mi suscripción se había terminado a principios de año ). Leí ávidamente cada número, especialmente los artículos religiosos, los cuales, ‘por casualidad’, trataban exactamente el mismo problema que estaba enfrentando ese día en particular. Comencé a estudiar de nuevo la Lección-Sermón y a concurrir con entusiasmo a la iglesia. Era un momento decisivo. Desaparecieron los deseos de tomar parte en las anteriores actividades sociales. Ahora soluciono mis problemas por medio del estudio, la oración y la práctica, en lugar de pasarme largas horas en el trabajo sin sentido alguno, y después en actividades sociales vanas.
“Sinceramente le doy las gracias por su oferta y agradezco a Dios porque usted insistió en que aceptara”.
De un miembro en Francia:
“Vivo en la campiña francesa, y no hay ninguna iglesia ni amigos con quienes hablar en inglés o francés, que comprendan la Ciencia Cristiana. Me encuentro totalmente sola, bueno, en realidad no, pues hablo con Dios. Vivo cerca de una villa medioeval en donde crié a mis dos hijos mellizos, que asistieron a una escuela de la zona durante los últimos once años. Ahora van a la universidad.. . Mi único contacto con el movimiento de la Ciencia Cristiana es la edición semanal del Monitor y las publicaciones periódicas religiosas, por las cuales estoy sumamente agradecida. Los hermosos artículos y testimonios me han ayudado a mantener a mi pequeña familia. Traen consigo algo más que esperanza; traen una activa Ciencia metafísica, comprensión y participación. Junto con el estudio diario de la Lección Bíblica, cada artículo es un baluarte y, a menudo, encuentro la respuesta a mis necesidades diarias: ellos constituyen mi iglesia y conversación. Quisiera agregar que en esta casa y en la de mi hija, que ahora vive cerca de París, jamás ha habido un televisor. Tenemos una radio y, por supuesto, tenemos nuestra música. Al principio no teníamos electricidad, vivimos tres años y medio iluminándonos sólo con velas y lámparas de aceite; eso verdaderamente fue una prueba para nosotros.
“Recuerdo una vez en que uno de los mellizos estaba muy enfermo y delirante, caminé casi dos kilómetros a la granja más cercana, donde había un teléfono público, para llamar a un practicista de la Ciencia Cristiana. Permanecí en un corredor que estaba completamente helado, esperando a que los operadores locales contestaran. Cuando lo hicieron, me dijeron que había una espera de cuatro horas para comunicarse con París, y que después [no sabían] cuánto tiempo iba a pasar hasta que se estableciera la comunicación. No podía dejar solo a mi hijo durante tanto tiempo y a media noche, sentí que tenía que volver a casa. Cuando volví, me senté a su lado, tomé esos maravillosos libros [la Biblia y Ciencia y Salud] y empecé a leer y a orar. En cuestión de minutos mi hijo se calmó, se le quitó la fiebre y todo estaba bien. Ciertamente hablé con Dios, y El oyó mi oración”.
De los oyentes de las transmisiones por onda corta de El Heraldo de la Ciencia Cristiana:
“Sencillo [Sentinel]
P.O. Box 58
Boston, MA 02123
E.U.A.
“Queridos amigos:
“Me sentiría muy feliz si, por favor, me pueden enviar el Christian Science Sentinel.. .
“Les agradeceré que, si es posible, pongan mi nombre en su lista de envíos para recibirlo regularmente”.
Enugu, Nigeria
“Fue el sermón más revelador que jamás escuché. Al final del programa, descubrí que era culto religioso de la Ciencia Cristiana.
“Fue en 1968, cuando oí hablar de la Ciencia Cristiana. Mi hermano estaba enfermo y sanó después de leer el libro cristiano [el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud] por Mary Baker Eddy. Durante mucho tiempo he estado buscando su dirección para escribirles, y esta mañana fui providencialmente dirigido a escuchar su dirección postal”.
Sokoto, Nigeria
“Soy un oyente asiduo de sus maravillosos programas semanales. Les agradecería que tuvieran la amabilidad de informarme cómo conseguir todos los libros escritos por Mary Baker Eddy.
“Deben continuar en esta tarea inspirada por Dios, que están brindando al mundo. Oro por ustedes, y con ustedes, todos los días”.
Miwani, Kenia
“La dama que me relató la historia acerca del hombre al que ella odiaba [debido a] su comportamiento, incluso sus modales para comer, fue muy interesante. Fue un mensaje inspirador para mí el hecho de que ella pudo descubrir su actitud hacia la gente y llegar a comprenderse a sí misma.
“El bailarín suizo que se rompió una pierna en los escalones y le pidió a Dios que lo sanara, y sanó, es una lección bastante difícil de creer. Creo que Dios lo puede hacer; aún así, la fe del hombre fue demasiado grande como para creer.
“Cuando escuché en su programa las experiencias de diferentes personas que dieron testimonio de la manera en que Dios los ayudó a responder a sus oraciones, sentí que sólo soy un cristiano normal. Quisiera probar su Ciencia Cristiana”.
Addis Abeba, Etiopía
Nota de los Redactores: De todas partes del mundo llegan a La Iglesia Madre una amplia variedad de comentarios sinceros. “Entre líneas” es una columna ocasional designada a compartir porciones de estas cartas y comentarios con un número mayor de lectores interesados en el Heraldo.