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La Clase Normal de 1988

Del número de junio de 1989 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En diciembre próximo pasado la Junta de Educación celebró la clase Normal, como está estipulado en el Manual de La Iglesia Madre por Mary Baker Eddy.

El maestro de la clase, elegido por La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana, es Michael B. Thorneloe, C.S.B., de Sheffield, Inglaterra, practicista y maestro de Ciencia Cristiana, quien actualmente llena el cargo de Conferenciante en gira en los Estados Unidos de América, Canadá, Gran Bretaña e Irlanda. El Sr. Thorneloe se interesó en la Ciencia Cristiana cuando era niño debido a una curación que tuvo. Comenzó la práctica de la Ciencia Cristiana en 1962, dedicándole todo su tiempo, y se recibió de maestro autorizado en 1967. El Sr. Thorneloe, quien ocupó varios cargos en La Iglesia Madre, fue anteriormente miembro de la Junta Directiva de la Ciencia Cristiana.

La clase de 1988 estuvo compuesta de alumnos que proveerán nuevos maestros a la Argentina, Australia, Canadá, Chile, Inglaterra, la República Federal de Alemania, Francia, India, México, Puerto Rico, República de Africa del Sur, Suecia, los Estados Unidos de América y Uruguay.

Estos nuevos maestros se unirán a las filas de más de 200 maestros a través del mundo, a quienes se les han dado los sagrados deberes de “curación y elevación de la raza” (ver Manual, Artículo XXVI, Sección 1).

Clase Primaria

La profecía bíblica del Antiguo y Nuevo Testamentos — de que todos nosotros seríamos enseñados por Dios — le era bien conocida a Mary Baker Eddy. Esta promesa se cumplió en todo lo que ella hizo, como fácilmente puede verse en su propia enseñanza y en el sistema educativo que estableció para su Iglesia. “De esto estad también seguros,” escribió, “que los libros y la enseñanza no son sino una escalera descolgada del cielo de la Verdad y el Amor, por la cual los pensamientos angelicales suben y descienden, llevando en sus alas de luz el espíritu de Cristo”.Retrospection and Introspection (Retrospección e Introspección), pág. 85: “Of this also rest assured, that books and teaching are but a ladder let down from the heaven of Truth and Love, upon which angelic thoughts ascend and descend, bearing on their pinions of light the Christ-spirit.”

La instrucción en clase Primaria es una “escalera” esencial para nuestro progreso espiritual. Eleva a los alumnos a una comprensión más elevada acerca de Dios, capacitándolos al mismo tiempo para que hallen una manera cada vez más práctica de seguir al Maestro, Cristo Jesús. La clase es de primordial importancia para nuestro progreso espiritual y gozo permanente.

Muchos preguntan: ¿Cómo sabré cuando ya esté listo para tomar instrucción en clase? Sólo hay dos requisitos previos que la Sra. Eddy ha detallado en el Manual. Escribe: “Los Científicos Cristianos que sean maestros deberán escoger cuidadosamente como alumnos sólo a aquellos que tengan buenos antecedentes y muestren inclinación promisoria por la Ciencia Cristiana”.Man. (Manual de la Iglesia), Art. XXVI, Secc. 2: “Christian Scientists who are teachers shall carefully select for pupils such only as have good past records and promising proclivities toward Christian Science.” El examinaros a nosotros mismos podría llevarnos a preguntar: ¿Está la Ciencia Cristiana convirtiéndose en una manera de vivir para mí? ¿Indican mis horas más recientes un deseo de curar y de ayudar a la humanidad a resolver sus problemas por medios espirituales?

Para ver si mostramos “inclinación promisoria por la Ciencia Cristiana”, podríamos preguntarnos: ¿Recurro con regularidad a la Ciencia Cristiana en procura de renovación espiritual? ¿Estoy inclinado a buscar la voluntad de Dios cuando hago decisiones?

Un futuro alumno necesita tener en cuenta que lo que está considerando es instrucción en clase Primaria. Y la educación primaria tiene que ver con potencialidad así como también con realización. Hallamos información útil en el Manual bajo encabezamiento “Enseñanza de Ciencia Cristiana”, Artículos XXVI y XXVII.

La decisión de solicitar instrucción de un maestro es hecha exclusivamente por el interesado. Es el resultado de nuestra propia oración y guía divina. Las preguntas concernientes a si cierta persona es maestro y dónde da sus clases, pueden dirigirse a la Junta de Educación. Pero esta Junta no aconseja sobre la elección de un maestro. Ni nadie más debe hacerlo.

Tan pronto como empecemos a ver que nuestra vida está influida por la Ciencia Cristiana, podemos empezar a alimentar la idea de instrucción en clase. Se pueden enviar preguntas a cualquier maestro sin comprometerse. Los maestros trabajan desde el mismo punto de vista: que todos son enseñados por Dios y que cada clase está llena de pensamientos angelicales, “llevando en sus alas de luz el espíritu de Cristo”.

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