Mucha gente hoy en día está buscando los medios para combatir sus temores. Tal vez el temor tome diferentes formas: preocupación por nuestra salud, por nuestra familia o amigos, o pérdida de confianza en nuestra capacidad para hacer frente a las exigencias del diario vivir. También podemos sentir angustia por el bienestar de los niños en el mundo, por las injusticias que se cometen contra grupos minoritarios o por una posible aniquilación nuclear. Pocas son las personas que podrían decir, si se les preguntara, que se sienten completamente libres de temor.
Algunas personas tratan de ignorar sus temores, otras recurren al licor o a las drogas para tranquilizarse o para sentir alivio pasajero. Pero los paliativos materiales generalmente producen un efecto adormecedor en la mente y el cuerpo, y no ofrecen ningún alivio permanente.
¿Dónde encontramos, entonces, la confianza y seguridad que nos ayudarán a vencer nuestros temores? La vida de Cristo Jesús ofrece un buen ejemplo para comenzar a investigar. En cierta ocasión, cuando el principal de la sinagoga lo llamó urgentemente para que sanara a su hija que se estaba muriendo, Jesús le dijo: "No temas, cree solamente". Marcos 5:36. Y resucitó a la niña.
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