Hay una caminata especial por las montañas que siempre me gusta hacer. En esa región elevada el aire es fresco, los cerros están verdes, y el panorama es espectacular. Al ir ascendiendo, una señal de que estoy entrando en la región montañosa son los altos pinos a lo largo del terreno. Esos pinos, con su singular simetría y grandiosidad, me indican que estoy llegando a mi destino, que voy en la dirección correcta.
En cierto sentido, las curaciones en la Ciencia Cristiana son como esos pinos. Ellas también nos anuncian que estamos avanzando hacia regiones elevadas, que estamos en el camino correcto y que otros bienes nos esperan. Las curaciones se manifiestan en nuestra experiencia a medida que adquirimos un punto de vista más elevado y más espiritualmente iluminado de la existencia. Esas curaciones se efectúan a medida que nos elevamos por encima de la niebla y oscuridad del materialismo, por encima del engaño de que somos mortales imperfectos que incluimos tanto el bien como el mal, y que nos vemos como la creación de Dios, espiritual y perfecta.
Podríamos decir que el crecimiento espiritual es el camino que nos conduce hacia esa consciencia más elevada y más santa que sana. Al comprender que la vida es espiritual y no material, obtenemos un mejor punto de vista de la perfecta creación de Dios, en la cual no hay escasez, dolor, soledad o pesar. Aprendemos a demostrar, paso a paso, que las discordias materiales son irreales. “Ni el mal ni la enfermedad ni la muerte pueden ser espirituales, y la creencia material en ellos desaparece en la proporción de nuestro desarrollo espiritual”,Ciencia y Salud, pág. 368. explica Ciencia y Salud por la Sra. Eddy.
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