Mientras disfrutaba de unas horas en la piscina local bajo un fuerte sol de verano, conversaba con una vecina a quien había visto sólo en dos oportunidades previas. Nuestras conversaciones anteriores habían versado sobre la comunidad, pero en esta ocasión hablamos sobre nuestras familias, y me preguntó dónde trabajaba mi esposa.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!