Los periódicos. Los programas especiales de televisión. Los letreros frente a las iglesias. No tenemos que ver más allá de esto para darnos cuenta de que hay una creciente disposición entre los cristianos de recurrir a Dios en procura de curación, no sólo la curación de dificultades emocionales y angustia mental, sino también de enfermedades corpóreas.
Numerosos grupos de personas que oran y que están dedicadas a la curación, se reúnen en domicilios particulares. Iglesias de distintas religiones han incorporado ritos sanadores en sus cultos dominicales, mientras que otras mantienen con regularidad cultos sanadores durante los días de semana. Hay un creciente reconocimiento de que la oración y nuestra relación con Dios no deben descuidarse en la búsqueda de curación.
Durante el año pasado, nuestra Iglesia ha hablado con muchos otros cristianos que perciben que la oración tiene un papel importante en la curación. Aquellos que fueron entrevistados representan diferentes ocupaciones en el campo de la religión, desde carismáticos a capellanes de hospitales, desde una escritora independiente que no está unida a ninguna religión en particular a un profesor de un seminario teológico. Pensamos que a usted le interesaría conocer algunos de sus comentarios.
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