A través de la calma de la silenciosa
oración que del corazón brota,
El toque sanador de Dios disuelve la
desesperación.
Arco iris de esperanza entre lágrimas de
aflicción brillan...
No estoy solo... ¡Su Cristo aquí está!

Oración silenciosa
Del número de abril de 1991 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana