La Fundadora De la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) tenía más que un interés pasajero en el curso que seguía la medicina en su época. Muy pronto reconoció que los patrones de pensamiento dentro del campo de la medicina tienen una inmensa influencia en el pensamiento colectivo de la sociedad, en sus puntos de vista teológicos y en sus sistemas legales, y en su grado de tolerancia de la curación puramente espiritual.
Si bien Mary Baker Eddy siguió la evolución de la teoría médica en general, ella puso especial atención en lo que consideraba significativas "señales de los tiempos" en el campo de la medicina. Observó indicaciones de que había una mayor receptividad a la oración, mayor reconocimiento de los efectos del Pensamiento en el cuerpo y admisión de las deficiencias de un enfoque totalmente materialista respecto a la medicina. El hecho de que ella haya registrado en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras Ver, por ejemplo, págs. 149, 162–164. numerosos casos de tales observaciones de parte de los médicos, destaca su punto de vista sobre la fermentación en materia de medicina. Ella no consideró esto en un sentido religioso restringido, sino como la evidencia verdadera del Cristo en operación universalmente en la consciencia humana receptiva, que beneficiaría tanto a la medicina como a la Ciencia Cristiana. La Ciencia Cristiana enseña que elevar el pensamiento a la totalidad de Dios como Espíritu es la base de la curación, y el hacerlo trae salud al cuerpo, a las familias y a las naciones.
Los esfuerzos en los Estados Unidos durante los últimos siete años por entablar juicio a quienes confían en medios espirituales para sanar han provocado respuestas de una fuente algo inesperada. Varios médicos han expresado su opinión en apoyo de los Científicos Cristianos, deplorando sus enjuiciamientos y defendiendo su derecho a practicar sus creencias religiosas. Algunos facultativos han manifestado este apoyo en privado; otros han hablado públicamente, por ejemplo, mediante cartas a la prensa.
Los Redactores han entrevistado a algunos de esos médicos. Todos han dado generosamente su consentimiento para que publicáramos extractos de estas entrevistas. Quizás no sea necesario decir que ninguno de estos médicos está de acuerdo con la teología esencial de la Ciencia Cristiana ni con su enfoque totalmente espiritual de abordar la curación. Este hecho hace que sus exhortaciones a tener mayor tolerancia sean mucho más notables.
es un pediatra de Sarasota, Florida, E.U.A. A continuación aparecen extractos de su entrevista.
¿Puede decirnos algo sobre sus antecedentes profesionales? Soy el Dr. Bill Morgan y soy pediatra en Sarasota, Florida. He ejercido, especialmente la pediatría, en Sarasota durante diecinueve años. Asistí a la facultad de medicina aquí en Florida, e hice la mayor parte de mi práctica en Carolina del Norte. Con anterioridad, me recibí de ingeniero químico y trabajé en ese campo durante cinco años antes de ingresar a la facultad de medicina. De manera que soy un poco mayor y tengo una perspectiva un poco distinta.
Usted ya ha estado en la medicina durante casi veinte años, además de su práctica anterior. ¿Cuáles son algunas de las lecciones que ha aprendido sobre la naturaleza de la curación? Creo que cuando uno se ocupa de bebés y de niños, se experimenta la verdadera naturaleza de la curación. Creo que la dirección natural es hacia la salud.
¿Cómo cree que debe ser la relación entre el médico y el paciente? O, en el caso de niños, ¿entre los padres y el médico? Si es que va a funcionar del mejor modo, es preciso que confíen en uno, y uno necesita atender bien al paciente. No solamente atender sus necesidades médicas, sino realmente atenderlo como a una persona. Creo que la verdadera atención prepara el camino para que a la larga se obtengan los mejores resultados para el paciente.
Mi siguiente pregunta está relacionada con la carta de apoyo que escribió en respuesta a un aviso puesto en un periódico por los Científicos Cristianos en Sarasota. Usted no fue el único que escribió en nuestro apoyo, sino que hubo varios médicos que también lo hicieron, todos desde distintos puntos de vista. Básicamente decían: "Puede que nosotros los médicos no tengamos todas las respuestas. Puede haber una forma diferente de enfocar la curación, y no tenemos por qué tratar de borrarla de la faz de la tierra". ¿Qué lo impulsó a usted y quizás a algunos de sus colegas a dar su opinión en ese sentido? Si se toma desde el punto de vista no cristiano, simplemente pienso que quienes hemos estado en el campo de la medicina hemos visto fracasos médicos y curaciones por medio de la oración. Y basamos la mayor parte de la medicina en la experiencia. ¿Da esto resultado? ¿Da aquello resultado? Y creo que sabemos bien que no tenemos todas las respuestas, y sabemos positivamente que la oración sana.
Y luego pienso, además, que para mí lo que importa es que todos somos hermanos en Cristo, y mi hermano, el sanador Científico Cristiano, usa una disciplina distinta la mía.
En mi Iglesia, la Iglesia Episcopal de San Bonifacio, tenemos una misión sanadora, y allí han sucedido muchas cosas maravillosas. Fundamentalmente, trato de tener compasión por mi prójimo, y la enfermedad requiere curación. Para mí, la forma en que se lleva a cabo la curación no tiene importancia siempre que no se incluya el engaño. No estoy a favor de usar aceite de víbora o cosas por el estilo, pero mientras el sanador sea sincero, es mi colega. No estoy luchando por el área en que competimos.
¿Hay alguna experiencia en particular que recuerde en su práctica de la medicina, o mediante el ministerio de su iglesia, en la que haya presenciado alguna situación que, para un médico, era evidencia bastante clara de que algo estaba pasando gracias a la oración que la oración estaba haciendo una gran diferencia? Sí, he visto a un niño, por ejemplo, en estado crítico cuando yo había hecho todo lo que podía hacer, y he visto a la madre orar por el niño, y he visto los resultados: el sufrimiento agudo desapareció. Y veo eso ocasionalmente. Es probable que pueda recordar una docena de casos durante veinte años. Mi socio ha tenido experiencias similares.
Pero pienso que lo más notable es que, y ésta es nuevamente mi filosofía personal, pero es lo que creo realmente, ni usted ni yo sabemos lo que estaremos pensando y hablando dentro de cinco minutos. Y verdaderamente pienso que allí es donde Dios actúa. En otras palabras, si tengo que atender a un niño que está gravemente enfermo.. . de pronto puede venirme una idea. Y realmente me siento guiado por Dios en ese momento a tener conocimientos que no podía haber tenido de otra manera. Sé positivamente que en muchas oportunidades he hecho lo correcto gracias a la guía de Dios.
¿Hay algo más que desee agregar? No sé si se da cuenta, y no estoy siquiera seguro que todos los médicos se dan cuenta, pero nuestra primera obligación como médicos no es sanar a nadie, sino no herir a nadie. No debemos interferir con la curación; no debemos hacer daño a nadie. Y Sir William Osler, uno de los médicos más preeminentes de todos los tiempos, trató de inculcar esto a todos los estudiantes de medicina: No te apresures, piensa, examina la situación y, sobre todo, no hagas daño.
Apenas el otro día estuve leyendo algo de él sobre pacientes que padecían de tuberculosis. Probablemente usted esté mucho más familiarizado con él que yo, pero dijo algo así como que el progreso de un caso depende mucho más de lo que está en la cabeza del paciente que de lo que está en los pulmones. Fue una manera interesante de decirlo. Bien, creo que esto también se está demostrando con otras enfermedades. Pienso que a veces, nosotros los médicos somos miopes al pensar que por estar en 1989 ya tenemos todos los conocimientos. Y, sin embargo, quizás dentro de treinta años la medicina no se parezca ni remotamente a lo que estamos haciendo hoy en día.
Bueno, espero que todos seamos mejores sanadores dentro de treinta años. Yo también espero lo mismo. Realmente siento que todos ustedes tienen tantas oportunidades de dar con la verdad como nosotros, si no más. Simplemente no desesperen.
 
    
