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Jorge cambia de proceder

Del número de julio de 1991 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Un día, Jorge hizo una cosa mala tras otra. En vez de vestirse cuando debía, se puso a jugar con sus dinosaurios de juguete. Eso hizo que su mamá llegara tarde al trabajo. Le gritó a su hermana cuando tocó su libro. A la hora de la cena, en lugar de comer lo que le habían servido, se puso a jugar con la comida. La mamá comenzó a enojarse.

Cuando llegó la hora de irse a la cama Jorge estaba llorando por el día terrible que había tenido. Cuando la mamá vino a su cuarto para arroparlo y orar con él, Jorge le dijo: ”¿Podrías hablarme de Dios?” El y su mamá ya habían hablado anteriormente acerca de cómo Dios puede ayudarnos aun cuando nos sentimos enfermos o tristes. Así que su mamá le leyó esta frase de Ciencia y Salud por la Sra. Eddy: ”Si crees en el mal y lo practicas a sabiendas, puedes cambiar en seguida tu proceder y obrar bien”.

—¿Qué significa ”cambiar tu proceder”? — le preguntó. Su mamá le dijo: — Si yo estuviera manejando nuestro auto por la calle y fuera en dirección a un árbol, haría girar el volante para evitar que chocáramos. Eso cambiaría la dirección o curso del auto. Cuando tú discutes con Marta o peleas con un amigo, es como si te fueses a estrellar contra ellos. Para detenerte, puedes ”cambiar.. . tu proceder y obrar bien”.

A Jorge le gustó eso. El podía cambiar su proceder con sólo cambiar su modo de pensar y de actuar. Podía elegir los pensamientos que quería para sí, y elegir los buenos pensamientos que provienen de Dios lo podía ayudar.

En su Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, Jorge había aprendido que Dios es todo el bien. Dios conoce lo que es verdadero. Lo que El conoce acerca de Sus hijos es lo que nosotros realmente somos. Cuando dejamos que los pensamientos de Dios nos dirijan, podemos ver la forma correcta de actuar. Entonces, si necesitamos corregir nuestro proceder, vemos cuál es la mejor manera de hacerlo.

La conversación que tuvo con su mamá lo ayudó a sentirse más feliz. Ella le dio un abrazo y un beso y oraron juntos, sintiéndose muy contentos de que Dios es el Padre-Madre Amor.

Después de eso, cuando las cosas empezaban a andar mal, Jorge se las arreglaba mucho mejor para cambiar su proceder. A veces, cuando volvía a las andadas, simplemente se detenía y comenzaba a hacer las cosas bien. Una vez el sabía que su mamá no se sentía bien. Sin embargo, él le pidió que le preparara el desayuno, que lo ayudara a poner el dentífrico en el cepillo de dientes y que le eligiera la ropa que debía usar para ir a la escuela.

De pronto pensó: ”Mamá hoy no se siente bien y yo le estoy dando aun más trabajo”. De modo que cambió su proceder. —¿Te gustaría que sacara la basura hoy? — le preguntó a su mamá. Y después de la cena, hasta lavó los platos. Se sintió bien por haber obrado así.

Elegir buenos pensamientos y proceder correctamente ayuda a Jorge y a su familia a ser más felices. Una de las Bienaventuranzas que Cristo

Jesús dio a sus seguidores dice: ”Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”, y así es realmente.

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