Me Sorprendi Al escucharme decir a una amiga: "¡Estoy viviendo un infierno!" Mis dificultades no eran enormes, pero el desaliento y una sensación de rápida decadencia, que yo asociaba con la edad, me habían llevado a expresarme en esa forma.
Una cosa es pasar por un período de mucha tensión y superarlo, y otra muy distinta es quedarse en él. Inmediatamente después de decirle eso a mi amiga, recordé una idea del Salmo veintitrés que para mí siempre había sido muy valiosa: "Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo".
En muchas oportunidades yo había compartido este pensamiento bíblico con amigos que estaban luchando por superar la pérdida de un ser querido. Al hablar del "valle de sombra de muerte", con confianza y reverencia les decía: "Anda por él; no te quedes en él". Ahora me daba cuenta de que yo necesitaba seguir mi propio consejo.
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