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EXTRACTOS DE LAS transmisiones de radio DE EL HERALDO DE LA CIENCIA CRISTIANA

En todas partes del mundo, las transmisiones de radio por onda corta del Heraldo están llegando a un extenso público. Pensamos que a los lectores que no han escuchado estas transmisiones les gustaría leer extractos de algunos de estos programas radiales.

PROGRAMA 56

Liberación individual

Del número de julio de 1991 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Anunciador: Este es El Heraldo de la Ciencia Cristiana, producido por la Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana en Boston, Massachusetts, E.U.A....

Elliott: En nuestro programa de hoy... vamos a escuchar [acerca de una] experiencia [que] muestra lo importante que es para la gente liberarse de toda clase de cautiverio en su vida cotidiana. Yo soy Elliott Reinert.

Moji: Y yo soy Moji Anjorin Solanke... Y Patricia O'Brien acaba de reunirse con nosotros en el estudio para hablar acerca de esto.

Pat: Tuve una conversación con una mujer que se llama Judy Kayser. Ella y su familia vivieron en Florida durante varios años y hace poco se mudaron a Massachusetts. Me estaba hablando acerca de su familia, especialmente de uno de sus hijos, que tuvo una experiencia cuando era muy pequeño. Empecé por pedirle que me contara un poco acerca de su familia.

Judy: Tenemos tres hijos, dos niños y una niña. Cuando nació [uno de los varones] se nos dijo que no iba a tener el uso total de su cuerpo. No creían que iba a poder ponerse de pie. Las piernas no iban a ser lo suficientemente fuertes como para sostenerlo al ponerse de pie, y que las manos iban a ser demasiado débiles como para que pudiera tener algo en ellas.

Pat: [¿Esto te dijeron] cuando nació?

Judy: Sí. Los médicos [en el hospital] realmente no sabían cómo podían ayudar.

Pat: ¿Cómo te sentiste cuando oíste todo esto?

Judy: Mi esposo y yo fuimos criados en la Ciencia Cristiana, y habíamos visto otras curaciones en nuestra propia familia. Así que llamamos a una practicista de la Ciencia Cristiana. Le preguntamos si podía orar por nosotros para ayudar a nuestro hijo, lo cual ella, por supuesto, afectuosamente quiso hacer. Con frecuencia recurrí a Ciencia y Salud por la Sra. Eddy. En este libro ella dice: "El hombre no es materia; no está constituido de cerebro, sangre, huesos y otros elementos materiales". Y pensé: "Si mi hijo no está hecho de cerebro, sangre y huesos, entonces ¿qué es él?" Recurrí al Génesis en la Biblia donde dice: "Creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó". Realmente sentí que necesitaba saber más acerca de Dios. ¿Qué es Dios? ¿Es Dios un Dios afectuoso? ¿Ama Dios a cada uno de nosotros? ¿Cuida Dios de cada uno de nosotros?

Pat: ¿Cuáles fueron tus respuestas a esas preguntas que hiciste?

Judy: Este Dios era bueno. Era bueno con todos, y nuestra familia estaba incluida en el amor de Dios. Todas las familias están incluidas en el amor de Dios. Percibí eso.

Yo tenía esas gráficas que muestran cuando los niños comienzan a gatear y cuando empiezan a agarrar las cosas. Mi hijo no encajaba en ninguna de esas categorías. Quería poner algunos juguetes a su alcance para que se preparara para tomarlos. No parecía estar haciendo eso. Pero entonces dirigía mi pensamiento a Dios, y simplemente ponía mi confianza en El. Sabía que había una respuesta. Entonces, un día, mi hijo estaba en el suelo. Yo podía ir a la cocina o a cualquier lugar porque sabía que él se quedaría en ese lugar. Pero cuando regresé no estaba allí.

Pat: ¿Dónde estaba?

Judy: Se había arrastrado al vestíbulo a la disparada, y ¡qué hermosa sensación sentí...! A partir de entonces empezó a progresar. Estaba gateando. Empezó a agarrar lo que le daba.

Pat: ¿Antes de esto no había podido coordinar sus movimientos de esa manera?

Judy: No. Después pudo levantarse y empezó a ponerse de pie.

Pat: ¿Caminaba normalmente entonces?

Judy: No, no caminaba normalmente. Le era muy difícil cuando empezó a caminar. Mi esposo y yo orábamos, y hubo momentos difíciles. Era duro para nosotros ver que no tenía la libertad... de moverse de un lugar a otro como los otros niños. Pero había progreso... Cuando creció un poco, salía y jugaba con [otros niños]. Pero... todavía era torpe en sus movimientos, [en] la forma en que movía su cuerpo, y ellos lo notaban. No siempre eran muy amables con él. Y eso le dolía...

Pat: ¿Venía a hablarte de ello?

Judy: Sí, venía y me hablaba de eso. Así que lo sentaba en mi regazo y hablábamos acerca del amor. Hablábamos sobre el amor de Dios. Realmente no veíamos ese amor, pero sentíamos que el Amor divino nos rodeaba. Por supuesto, para él los niños eran muy malos... no eran amables, y no estaba tan seguro de que podía considerar que eran niños afectuosos. Pero continuamos sabiendo que todas Sus ideas expresan al Amor divino. Y eso es lo que teníamos que ver...

Pat: Así que realmente sólo te volvías a Dios en oración para encontrar una solución a este problema.

Judy: Sí, por cierto, y cuando llegó el momento en que ya no dependía de la ayuda de nadie, se sintió cómodo y dijo: "Bueno, sólo quiero ir afuera y jugar con los niños". Y así lo hizo. Todavía caminaba torpemente, pero lo tomaron de la mano y lo llevaron para que hiciera lo que ellos estaban haciendo... Jamás se volvió a decir nada acerca de ello. Todos jugaron juntos y se divirtieron mucho.

Pat: Esto ocurrió antes que realmente empezara a ir a la escuela ¿no es así?

Judy: Sí. Poco después de eso, cuando cumplió cinco años, empezó a ir al jardín de infantes.

Pat: ¿Pero durante todo ese tiempo tú y tu esposo continuaban orando acerca de esto?

Judy: Así es. Cada día tratábamos de comprender a Dios cada vez un poco mejor y el amor de Dios para con todos Sus hijos, el sentido de libertad, la compleción, la perfección que que cada uno tiene.

Pat: ¿Perfección espiritual?

Judy: Perfección espiritual. Y esto incluye todo; no [sólo] a nuestra familia, incluye a todos. Más tarde, cuando cursaba la escuela primaria, su manera de caminar se volvió más normal. Podía andar en su bicicleta y hacer las cosas que otros niños hacían.

Después empezó la escuela secundaria. Una tarde, yo estaba presenciando un juego de fútbol parada a un lado de la cancha, y una de sus maestras vio que las lágrimas me rodaban por las [mejillas]. Y me dijo: "¿Por qué lloras? Estamos en un juego de fútbol. ¿Por qué estás llorando?" Le dije: "Estoy viendo a mi hijo, que está corriendo por la cancha de fútbol con piernas que se suponía que jamás lo sostendrían, y mira lo que tiene en la mano. Tiene una pelota de fútbol, y se suponía que esas manos jamás sostendrían nada"... Al mirarla, me di cuenta de que jamás había oído cosa igual. Le dije: "Eso fue lo que nos dijeron cuando nació; que todas estas cosas jamás ocurrirían. Y aquí está en la escuela, y está jugando en un equipo de fútbol de la escuela secundaria". Ella estaba realmente sorprendida de oír... que algo como eso podría ocurrir.

Pat: ¿Dónde está tu hijo ahora?

Judy: Vive en Florida; está felizmente casado, y tiene un empleo muy bueno. Lo llamé la otra noche... Su esposa me dijo que... estaba afuera jugando raquetball. Es un juego muy activo...

Pat: De manera que ha sido una curación total y una completa liberación para tu hijo por muchos años.

Judy: Así es...

Pat: Bueno, te agradezco mucho que hayas venido y compartido esta experiencia con nosotros, Judy.

Judy: Fue un placer para mí.

Moji: ... Es evidente que hay mucha gente en todo el mundo que sigue luchando para liberarse de alguna clase de esclavitud... Un pasaje de la Biblia siempre me ha ayudado cuando he tenido problemas. El Apóstol Pablo dice en 2 Corintios: "Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad". Me ha sido de gran ayuda porque sé que el espíritu del Señor está en todas partes en todo momento.

Elliott: Esto me recuerda un pasaje [de Ciencia y Salud]. La Sra. Eddy lo escribió cuando estaba hablando acerca de liberarse de la opresión: "El Amor es el libertador".

Si usted desea escuchar un programa completo de El Heraldo de la Ciencia Cristiana, puede solicitar, por escrito, una lista de las frecuencias de onda corta en su zona: El Heraldo de la Ciencia Cristiana; P. O. Box 58, Boston, MA, E.U.A. 02123.

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