Si Es Cierto que no es fácil nadar contra la corriente, también es cierto que siempre es correcto hacer el esfuerzo por mantenernos por encima de las olas. Esto nos hace progresar.
A fin de hacer el trabajo de curación espiritual — sanarnos a nosotros mismos y sanar a otros — debemos aprender a volvernos a Dios en oración, a escuchar a la Mente divina, que nos gobierna. También debemos desafiar maneras de pensar que están muy bien aceptadas y hasta apoyadas por el mundo, creencias que suponen que el poder de Dios no puede sanar, mientras afirman agresivamente que la materia puede sanar y que la humanidad debe buscar ayuda en la materia.
A veces, enfrentar y superar estas creencias puede ser difícil. Pero nosotros hemos tomado este camino de la curación cristiana por algo, y ese algo es Dios, la Verdad infinita.
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