Hace Dos Años sané de un problema de la vista por lo cual estoy profundamente agradecido.
Hace algunos años mientras hacía mis estudios superiores comencé a usar anteojos. Los usé hasta unos años después cuando se salieron del bolsillo de mi camisa y se los llevó la corriente rápida de un arroyo en la montaña. Decidí no reemplazarlos y pronto ni siquiera los extrañé.
Sin embargo, en la primavera y el verano de 1988 mi visión se agravó. En esa época varios de mis colegas de negocios de más o menos mi edad, se empezaron a quejar de que tenían problemas en la vista asociados con “la edad madura”. Cada uno de ellos se hizo un examen de la vista y, seguidamente, empezó a usar anteojos. Yo tenía los mismos síntomas que ellos describían.
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