“Tengo Un Terrible dolor de espalda”, dijo la paciente a la practicista de la Ciencia Cristiana. “Puede ser porque trabajé demasiado en el jardín, o porque me siento sobrecargada con los preparativos para la boda de mi hija, que será un acontecimiento muy importante. ¡O podría ser mi hijo que ahora se peina con una cola de caballo!”
Cuando la practicista colgó el teléfono, se rió del cuadro que le vino al pensamiento. ¡Elección múltiple! Un examen que consiste en una declaración seguida de un número de respuestas posibles, de las cuales una sola es la correcta. ¡Cuántas veces había tenido ese tipo de examen cuando era estudiante! Recordaba, también, las instrucciones: “Marque una de ellas con un círculo”. Para eliminar cualquier factor de azar, algunos exámenes incluían también la respuesta: “Ninguna de ellas”.
La practicista sabía que el tratamiento en la Ciencia Cristiana, o la oración, de ninguna manera se parece a un examen en el cual se espera adivinar la supuesta “causa” de la enfermedad. De hecho, es exactamente lo opuesto. Como lo explica la Sra. Eddy en Ciencia y Salud: “La causalidad espiritual es la única cuestión a considerar, pues, más que ninguna otra, la causalidad espiritual se relaciona con el progreso humano”. Por lo tanto, la respuesta científica a la interesante lista de la paciente sobre las posibles causas tendría que ser: “¡Ninguna de ellas!” Porque es seguro que ninguna de las supuestas razones que se ofrecieron ni siquiera remotamente se refería a la causalidad espiritual.
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