Por Medio De este testimonio quiero expresar mi gratitud por todas las bendiciones que mi familia y yo hemos recibido desde que empezamos a estudiar la Ciencia Cristiana.
Hace varios años mi esposo y yo decidimos vivir en otro país. Hacía poco que yo estudiaba la Ciencia Cristiana y había orado todos los días durante meses para que Dios nos revelara cuál era nuestro lugar correcto. Cerré mis oídos y ojos a las opiniones humanas, esperando que Dios expresara Su voluntad, y fuimos testigos de una maravillosa indicación del amor y cuidado de Dios.
Cuando llegamos al otro país con un hijo de dos años, sin trabajo ni beca de estudios, nos dijeron que iba a ser muy difícil encontrar un trabajo, un lugar bueno y barato donde vivir, un automóvil usado confiable, y así por el estilo. Mi esposo y yo no reaccionamos a estas predicciones y confiamos solamente en Dios, sabiendo que el viaje había sido el resultado de la oración y que podíamos confiar en la guía divina. Al estar gobernados por Dios, nada nos podía faltar. Cinco días después de nuestra llegada, yo ya estaba trabajando en un trabajo de tiempo completo. Nadie lo podía creer; desde un punto de vista estrictamente humano, eso era imposible. Pero nosotros teníamos fe que “todas las cosas son posibles para Dios” (Mateo). No dudamos ni por un momento de que Dios ya había preparado todo para nosotros.
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