Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

El poder reformador de las Escrituras

Esta serie ilustrada que se publica en el Heraldo trata sobre la dramática historia de cómo se desarrollaron las Escrituras en el mundo a lo largo de miles de años. Se concentra en los grandes reformadores que escribieron y tradujeron la Biblia. Muchos dieron su vida para hacer que la Biblia y su influencia reformadora estuviera al alcance de todos los hombres y mujeres. Esta es una serie.

Los cánones del Nuevo Testamento: La fe cristiana toma forma

Primera parte

Del número de febrero de 1994 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


A los primeros cristianos debe de haberles parecido natural hacerse a sí mismos preguntas sobre su fe, en especial después que el Maestro y los discípulos no estuvieron más con ellos. Preguntas tales como: ¿Quién fue este hombre llamado Jesús y qué enseñaba él? ¿Qué significa realmente ser un cristiano? ¿En qué creemos los cristianos y como deberíamos actuar? ¿Qué clase de organización debería tener una iglesia?

La mayoría de los cristianos consideraban que esas preguntas podrían tener una mejor respuesta si se establecía un conjunto de escritos sagrados o Escrituras, que preservaran las enseñanzas de Jesús y de los apóstoles en forma precisa y clara. Por lo tanto, durante el primero y segundo siglo d.C., muchos cristianos tomaron notas de lo que entendieron de esas enseñanzas. En muchos aspectos ellos lo hicieron de la misma manera que nuestros diarios y medios de comunicación electrónicos cubren un acontecimiento político o religioso importante, o sea, desde una variedad de puntos de vista diferentes. Así como los noticieros de hoy en día informan sobre un asunto en forma más confiable que otros, así algunos de los primeros cristianos contaron la historia de Jesús y sus seguidores en una forma más responsable que otros.

Hacia mediados del segundo siglo d.C., un torrente de literatura cristiana había inundado el mundo romano. Algunos alcanzaron la norma más elevada de la comunidad cristiana, pero muchos estuvieron más cerca de la ficción que de la realidad. Así que lenta, pero inevitablemente, los cristianos tuvieron que examinar cada parte de sus escritos santos para determinar si éstos representaban su fe en forma justa. La literatura que estuvo a la altura de las exigencias se llegó a llamar canon, una palabra griega que significa regla, norma o vara de medir. La literatura que no estuvo a la altura de las exigencias cayó en desuso poco después. La literatura cuestionable fue conocida como apócrifa, o sea, de dudoso valor o autenticidad. Con el tiempo, las escrituras canónicas cristianas se conocieron como el “Nuevo Testamento” o “Nuevo Pacto”, la contraparte cristiana del “Antiguo Pacto” de la Biblia hebrea.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / febrero de 1994

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.