Me Siento Impulsada a dar este testimonio, por la gloria de Dios y como expresión de gratitud por la Ciencia Cristiana.
Durante once años estuve paralítica de ambas piernas y solamente podía caminar algunos metros sin necesidad de ayuda. En vano busqué ayuda de muchos médicos y de una serie de hospitales.
Después de haber dado por perdida toda esperanza, conocí la Ciencia Cristiana cuando tuvimos de inquilinos a un matrimonio que compartió con nosotros lo que para ellos era su posesión más valiosa en la vida. Mi familia y yo nos sentimos alentados por su gran bondad.
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