La Validez De la curación cristiana y su influencia reformadora en el mundo, jamás ha sido verificada simplemente por la popularidad de la religión o por el número de personas que asiste a una iglesia. Si consideramos retrospectivamente el advenimiento del cristianismo, es obvio que Cristo Jesús no dependía del número de personas que estaban listas para comprometerse totalmente con sus enseñanzas a fin de confirmar de alguna manera el significado o valor verdadero de la misión que Dios le había dado. Mary Baker Eddy escribe en Ciencia y Salud: "Para el 'varón de dolores' los honorarios o la popularidad no constituían peligro. Aunque tenía derecho al homenaje del mundo y estaba acreditado por la aprobación suprema de Dios, su breve entrada triunfal en Jerusalén fue seguida por la deserción de todos, salvo unos pocos amigos que con tristeza le siguieron hasta el pie de la cruz”.Ciencia y Salud, pág. 42.
A medida que seguimos el ejemplo de Jesús, tenemos que caminar en la dirección designada por Dios, a pesar de los apremios de la popularidad, la moda y las tendencias sociales. En lugar de reaccionar a las opiniones de la gente o de buscar la aprobación humana, podemos reconocer que el progreso genuino, así como también la religión verdadera, tiene una base totalmente espiritual.
Entonces, el éxito de la Iglesia de Cristo, Científico, de ninguna manera se mide numéricamente o por popularidad. El Consolador, o la Ciencia Divina, no es cíclico, ni está limitado a épocas específicas; él presenta la verdad eterna, siempre presente para sanar y redimir mediante el poder del Cristo. A medida que reconocemos esta actividad constante e impersonal del Cristo, la Verdad, que nos transforma individualmente y también cambia al mundo, veremos que estamos anhelando descubrir lo que Dios realmente quiere que nosotros y Su Iglesia seamos, en lugar de persistir en los bajíos de la creencia personal.
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