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Sigamos el consejo de nuestra Guía

Del número de mayo de 1994 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Los Estudiantes De los escritos de la Sra. Eddy y los miembros de la Iglesia que ella fundó, La Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Boston, Massachusetts, han aprendido a escudriñar sus obras en busca de guía e instrucción para practicar y vivir la Ciencia de la curación por la Mente. En ocasiones abrimos nuestro corazón bien dispuesto a lo que encontramos; en otras ocasiones los Científicos Cristianos nos vemos enfrentados a una disciplina rigurosa, hasta difícil. Pero siempre descubrimos que la instrucción que nos da nuestra Guía es fructífera.

Mary Baker Eddy se refiere a ella misma como “una escriba bajo órdenes”.Escritos Misceláneos, pág. 311. Más que cualquier otra persona, ella era una estudiante de su libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, y aceptaba y se entregaba a la disciplina de la Ciencia divina que Dios le había revelado. En No y Sí comparte con cada estudiante de la Ciencia Cristiana algunas de las lecciones que es necesario aprender para poder participar eficazmente en esta Causa. Como ella lo explica en el Prefacio: “El propósito de cada edición de este folleto no ha sido el de beneficiar a clase favorecida alguna, sino seguir la advertencia del apóstol de 'redargüir, reprender, exhortar', y mediante el poder y el espíritu de abnegación del Amor, corregir tanto el error involuntario como el voluntario”.No y Sí, pág. v.

Parece oportuno mencionar dos párrafos de esta obra. Al orar sobre los asuntos que está enfrentando nuestra Iglesia, y al seguir los consejos de nuestra Guía, nos hemos dado cuenta de que no siempre es fácil cumplir con las responsabilidades que la Sra. Eddy ha establecido para cada Científico Cristiano. Reconocemos de buena voluntad que las instrucciones que ella nos da, se aplican a todos en forma universal e imparcial. Sus palabras, como ella escribe, no son dirigidas a “clase favorecida alguna”:

La regla de la divinidad es áurea; el ser sabio y fiel alegra todo corazón. Pero las influencias del mal hacen oscilar la balanza de la justicia y la misericordia. No se debiera permitir que consideraciones personales hagan brotar ninguna raíz de amargura entro los Científicos Cristianos, o que originen conceptos erróneos respecto a los móviles de los demás. Debemos amar a nuestros enemigos y continuar haciéndolo hasta el fin. Con el amor de Dios podemos eliminar el error de nuestro propio corazón y borrarlo del de los demás.Ibid., pág. 7.

Encarezco a mis estudiantes que no susciten controversia ni enemistad sobre las doctrinas y tradiciones, o sobre conceptos erróneos acerca de la Ciencia Cristiana, sino que trabajen, vigilen y oren por la disminución del pecado, la enfermedad y la muerte. Si encontráis a alguien que esté demasiado ofuscado para ser instruido, no continuéis echando vuestras perlas delante de tal condición de la mente mortal, no sea que se vuelva sobre vosotros y os despedace; sino tranquilamente, con bendición y esperanza, dejad pasar al ignorante, mientras que vosotros avanzáis con ecuanimidad y con poder, paciencia y entendimiento aumentados, obtenidos de vuestra continencia. Estos consejos no son nuevos, como mis estudiantes cristianos pueden atestiguarlo, y si se hubiesen atendido en tiempos pasados, habrían evitado en gran parte las divisiones que han surgido entre los Científicos Cristianos con perjuicio de la Causa de la Verdad. Es cierto que las equivocaciones, los prejuicios y errores de una clase de pensadores, no deben introducirse o establecerse entre aquellos que son de convicciones más claras y concienzudas; pero esto sí puede y debe hacerse: dejad en paz a vuestros contendientes, y no uséis influencia alguna para impedir su actividad legítima desde su propio punto de vista y experiencia, sabiendo, como debéis saber, que Dios todo lo regenerará y separará sabia y finalmente; mientras que vosotros podéis errar en el esfuerzo y perder el fruto.Ibid., págs. 8–9.

Los invitamos a todos a que nos acompañen a leer No y Sí desde el comienzo hasta el fin; y nosotros nos comprometemos a trabajar con ustedes para conocer a fondo las lecciones que nuestra Guía nos da.

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