Cada segundo de cada día
hallo mi refugio en Dios.
Por esto no puedo tener duda
ni carencia
ni temor
porque estoy plenamente segura de que
junto a mí está el Amor.
Del número de febrero de 1995 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
Cada segundo de cada día
hallo mi refugio en Dios.
Por esto no puedo tener duda
ni carencia
ni temor
porque estoy plenamente segura de que
junto a mí está el Amor.